domingo, diciembre 31, 2006

Fijar población en el medio rural

Un escalofrío me recorre el cuerpo cada vez que oigo el término “fijar población”. Suena a imposición o incluso a castigo. Al escuchar el término me pregunto si, en un mundo con fronteras evanescentes, será posible desarrollar el ámbito rural a base de “fijar” a las personas. También me parece curioso que nunca se hable de hacer el medio rural atractivo o de atraer población.
La mayor parte de la población vivió de la agricultura y la ganadería durante siglos. Estas actividades requieren el uso de tierra que está perfectamente fijada. Como consecuencias, la población estaba fijada. Las actividades extractivas dependen de la existencia de un recurso natural. Por ejemplo, una mina. De nuevo, la mina está perfectamente anclada al terreno y la población estaba fijada al territorio de la mina. Las actividades industriales de gran escala, por ejemplo una planta siderúrgica, tienen ésta misma característica.
La “fijación” de la población al territorio se redujo, incluso en estas actividades, con la mejora de los medios de transporte. Hoy los mineros viven en León o Ponferrada y se desplazan a las explotaciones en las montañas. Incluso, los agricultores cosechan cultivos y subvenciones en los pueblos pero muchos viven en la ciudad.
Estos son los hechos. Ahora viene la modelización, la abstracción. ¿Cuál es la característica común a todas las actividades citadas? Dependen esencialmente de un activo (tierra, mina, factoría) que no se puede mover. ¿Existe otro tipo de activos? Sí, el conjunto de conocimientos útiles que tiene cada persona. Esos conocimientos son esenciales para la actividad productiva y se mueven con la misma facilidad con la que se trasladan hoy en día las personas. El caso extremo sería un escritor que trabaja con su ordenador conectado a Internet a través de una línea móvil. Esta persona puede elegir su lugar de residencia sin ataduras a la tierra, a un recurso natural o a un activo inmobiliario.
Los dirigentes de la ciudad donde vivo llevan años o quizás décadas soñando con la llegada de un gran inversor que cree miles de puestos de trabajo y solucione todos los problemas. Obsérvense las connotaciones míticas de la solución que se busca y compárese con otras estrategias racionales que mencionaré más tarde. Este afán les ha llevado a ser engañados sucesivamente por un supuesto inversor americano (Biomédica), por el PP (Escuela de Pilotos) y, probablemente, por el PSOE (INTECO). Seguro que hay más casos pero no los recuerdo. ¿Qué ventajas ven los políticos en estas inversiones millonarias? Una ventaja es que fijan población. Los empleados de estas grandes empresas se ven obligados a vivir en la ciudad con independencia de la ausencia de alcantarillado, el urbanismo patético, la suciedad o la incompetencia policial. Es decir, los trabajadores llegan, se compran el piso que haya al precio que se les pide y soportan todo lo demás. Este es el sueño de todo dueño del suelo o político municipal que, muy a menudo, son la misma persona. Espero que os deis cuenta de que he identificado a los beneficiarios de la fijación de población.
¿Habría otra alternativa para fijar población? ¿Cómo se podría atraer al escritor mencionado anteriormente? Supongo que ofreciéndole un entorno agradable, alcantarillado, calles limpias, policía efectiva, control del ruido y la polución, civismo o vivienda a precios razonables. Sin embargo, todas estas complejas cuestiones se consideran últimamente la bandera de retrógrados. Estas actividades todavía aparecen en los manuales de economía pública como las funciones básicas y la razón de ser de los ayuntamientos. Supongo que en las próximas ediciones desaparecerán estas funciones y aparecerán algunas que yo no entiendo pero que consumen ingentes recursos. Por ejemplo, la integración multidisciplinar sostenible. Estas otras funciones tienen la ventaja de que son difíciles de definir, imposibles de medir y, por tanto, no evaluables. En otras palabras, todo el mundo ve circular las aguas negras en la dirección contraria a la que deberían pero nadie ve los fracasos en la integración multidisciplinar sostenible.

Terminaré con algunos ejemplos locales

Alcantarillas (mi favorito)
Cuatro gotas de aguas y las alcantarillas de la calle Mariano Andrés sacan las aguas fecales hacia fuera. Lo mismo ocurre en el fantástico polígono que se está desarrollando al lado de la Universidad. Los compradores potenciales deberían pasear un día de lluvia por el barrio.

Seguridad ciudadana
Los actos de vandalismo no son numerosos pero existen y nadie los persigue. La pasividad de la policía local daría para una serie de televisión.

Precio de la vivienda
Los ayuntamientos son cómplices de los dueños del suelo. De hecho, el ayuntamiento suele obtener algún tipo de propiedad en todo desarrollo urbanístico. Por tanto, está interesado en que el solar obtenido tenga un precio alto. La estrategia que siguen es aprobar la urbanización del suelo con cuentagotas. Por ejemplo, mirad la enorme extensión de suelo que queda entre la Universidad, el Polígono X y la ronda este. ¿Qué están esperando? El lenguaje que usan es delicioso: “El mercado no absorbería un nuevo desarrollo urbanístico”. La frase completa es: “El mercado no absorbería un nuevo desarrollo urbanístico al precio actual”. Es decir, debería bajar el precio del suelo y eso no me interesa. Prefiero que hagan el INTECO y que la gente se dé de bofetadas por los pisos que yo y mis amigos les ofrezcamos al precio que a nosotros nos venga bien. Sin embargo, puedo escribir una entrada del Blog sobre el más que probable fracaso del INTECO.

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