martes, julio 07, 2009

Fanatismo religioso: el tranvía de León

El escándalo de la casi definitiva instalación del tranvía en León aparecerá en los libros de política de los próximos siglos.

Existe unanimidad absoluta en la creencia de que el sector público tiene capacidad para resolver cualquier problema con independencia del grado de conocimiento sobre éste o la política que se adopte. Los que no compartimos esta creencia somos mirados con creciente recelo por todo el mundo. Esta creencia está relacionada con las ansias religiosas del ser humano. Básicamente, han bajado a Dios del cielo y lo han puesto en el Ayuntamiento. Voy a referirme a esta religión como estatalismo.

El caso del tranvía debería servir para hacer caer del caballo a mucha gente. No obstante, para caerse del caballo sería necesario tener nociones sobre el mayoritariamente desconocido concepto matemático de división. Como muchas otras religiones en el pasado, el estatalismo se encarga de que sus fieles no dispongan de los elementos básicos de razonamiento que desmontarían el tinglado. En esta clave, se puede entender el papel del sistema educativo y los medios de comunicación de masas.

Voy a intentar luchar, una vez más, contra la religión oficial del estatalismo usando datos publicados en el día de hoy en El Diario de León.




La factura será de 84 millones de euros, una vez sumado el IVA, que serán abonados por la empresa adjudicataria a cambio de la titularidad de la explotación durante un periodo de 40 años. Cuatro décadas en las que el Ayuntamiento tendrá que aportar, «a partir del 2012, un canon por disponibilidad del tranvía inferior a los 6 millones de euros». «Esta cifra será menor, puesto que las empresas ofertarán a la baja, además de que disminuirá con los ingresos por el billetaje, la publicidad en las marquesinas, las subvenciones o la entrada de un teórico consorcio de transporte», citó Gutiérrez, quien avanzó que la suma de estos conceptos puede hacer que «a lo mejor acabe no teniendo coste para el consistorio», e insistió en que «será uno de los proyectos más rentables de la ciudad».


División 1
El Ayuntamiento reconoce que va a poner seis millones de euros cada año para este tema. Seis millones divididos entre cuatro son 1,5 millones de euros siguiendo el teorema de Grandes. Haciendo la cuenta como enseñaban los maestros de los pueblos son 1,5 euros por viaje.
Mi impresión es que la gente no está dispuesta a pagar esa cantidad por viajar en un tranvía que no viene ni va a ninguna parte. Las necesidades de los ciudadanos son más diversas que la línea monolítica del tranvía. Sin embargo, este caracter monolítico del tranvía se adapta bien a creencias míticas y religiosas y a régimenes de tipo comunista.

Un detalle importante es que la estimación de viajeros del Ayuntamiento no es más que un número elegido para cuadrar un poco las cuentas. Es completamente legítimo hacer el cálculo con dos millones de viajeros (3 euritos por viaje) o con un millón (6 euritos por viaje).



División 2
Dividir 6 millones de euros entre 84. El resultado es 0.071. Multiplicado por cien da 7,1% . Este es el rendimiento que se le garantiza a Acciona por haber gastado 84 millones de euros en una infraestructura de dudosa necesidad y utilidad.
En ausencia del ingreso garantizado, Acciona debería pensar mucho el recorrido del tranvía, asegurarse la validez de la estimación de viajeros y, sobre todo, entender la relación entre el número de viajeros y su voluntad de pago por ir en el tranvía. Es decir, si regala el billete podrían ir cuatro millones de viajeros pero si lo cobra a 1,5 euros iría casi siempre vacío.
Sin embargo, si se le garantizan los seis millones de euros por adelantando ¿Por qué habría de preocuparse por el itinerario o el número de viajeros? De hecho, una rentabilidad asegurada del 7,1% no está nada mal. Los mercados de capital pueden ofrecer más pero sólo como pago a la aceptación de un nivel de riesgo.
Por otra parte, si tuviese que cubrir la inversión con los billetes vendidos se pensaría si el coste de construcción es realmente de 84 millones o si existe alguna posibilidad de rebajar esa cifra. En el presente caso en que se garantiza el rendimiento, no hay ningún incentivo para ahorrar en la construcción.


En definitiva, se trata de un despilfarro del dinero de varias generaciones de Leoneses basado en una nociva superstición: el Ayuntamiento tiene la solución para tu problema aunque no sepas cuál es el problema.

jueves, julio 02, 2009

Brotes verdes

Un amigo me reta a escribir una entrada optimista sobre la crisis. En su nota de petición reconoce la dificultad y me sugiere que escriba la entrada en la mejor tradición optimista americana. Como no quiero teorizar sobre el optimismo americano me limitaré a contar un par de chistes sobre el tema a modo de introducción.

1. Un ejecutivo recibe el encargo de dirigir una problemática planta industrial. En primer lugar, reune a sus subordinados, les da el consabido discurso sobre la conversión de problemas en oportunidades y les manda a trabajar. Se sienta en su mesa y, de repente, una explosión le hace caer de la silla. Mira por la ventana y puede ver las llamas. Al poco tiempo, empiezan a sonar las sirenas de los bomberos y las ambulancias. Alarmado, llama por teléfono a unos de los ingenieros de planta y le pregunta qué pasa. El ingeniero le contesta: "Estoy gestionando una grave oportunidad médica".

2. Dos ejecutivos de una multinacional del calzado son destinados a evaluar el mercado en Australia. Uno de los ejecutivos comprueba que los aborígenes van descalzos y le pone un SMS al jefe: "Regreso de inmediato. Esta gente va descalza". El otro ejecutivo manda el siguiente mensaje: "Manden urgentemente otro avión de carga con zapatos. Esta gente va descalza".

La esencia de la Economía es el análisis del uso de recursos escasos con usos alternativos. Una de las razones por la que las técnicas analíticas de la Economía son tan potentes y pueden usarse en sorprendentes circunstancias es la generalidad del problema de la escasez. De hecho, la biología en general y la evolución en particular pueden ser vistos, con gran ventaja, como soluciones a problemas de escasez de recursos. Es decir, si el organismo A o el B se comen el alimento o, alternativamente, en ausencia de recursos el organismo A, directamente, se come al B. La inteligencia, la sociedad y la cultura pueden verse como evoluciones biológicas y sociales que ayudan a una gestión más eficiente de recursos escasos. Es decir, que la escasez puede verse como el origen de la inteligencia y de la cultura. En ese sentido, la Economía puede verse desde una perspectiva optimista y es justo en ese sentido en el que una crisis puede verse desde un punto de vista positivo.

El primer ejemplo es la política presupuestaria y el gasto público.
Mi vecino de despacho es un buen macroeconomista, trabajó en banca de inversiones y fue Senador socialista durante cuatro años. En ese tiempo, su función era el trabajo de detalle de los presupuestos que tiene lugar en el Senado. Tal como me ocurría a mí, la mayor parte de los economistas ignoran que la versión de los presupuestos que sale del congreso sólo contiene grandes líneas presupuestarias que luego deben ser concretadas en el trámite del Senado. Esos cuatro años de inmersión en los presupuestos de este país le han convertido en uno (¿el único?) experto nacional en este materia. De hecho, los alumnos de León son, probablemente, los mejor preparados de España en el análisis del presupuesto. Todos estos años, con creciente dramatismo, se quejaba de la locura que suponían los presupuestos de este país.
Voy a resumir a mi manera el principal problema de los presupuestos. Imagina que eres un mileurista y logras gastar un poco menos de lo que ganas cada año. Ahora piensa que te toca una cantidad igual a los ingresos anuales en un sorteo de lotería. Ante tal circunstancia, duplicas el gasto y duplicas el superavit. En principio, puedes sacar pecho del superavit y no habría problema si los gastos pudiesen reducirse con la misma facilidad con la que se adoptan. En caso contrario, el año siguiente será un desastre si no vuelve a tocarte la lotería. En las presentes circunstancias, la burbuja inmobiliaria es la lotería, el aumento alocado de gasto es la política presupuestaria de los últimos años y el desastre lo que se nos avecina.
Esta descripción de los hechos ya sería preocupante en si misma pero hay un detalle más. La deuda pública ha aumentado durante todos los años de superavit. Esta circunstancia sugiere que el superavit puede haber sido un mero artificio contable. Es decir, un capítulo más del mundo de Alicia en el que hemos vivido durante cinco años.
Los hechos que relato invitan a una reflexión bastante desfavorable para el principal partido de la oposición. ¿A qué se dedican? ¿Por qué no son capaces de detectar y explotar políticamente este asunto? Mi sospecha es que no tienen a ningún economista capaz de hacer este análisis ni están dispuestos a hacer el esfuerzo que requiere. Paul Krugman lo dijo después de su fugaz paso por el Consejo de Asesores Económicos de Ronald Reagan: "el nivel de análisis a los más altos niveles es increíblemente bajo".

¿Dónde está pues la nota positiva se preguntará mi amigo? El desastre económico que vivimos y la presumible debacle presupuestaria que se avecina sólo pueden mejorar la gestión del gasto público. Esta es una importante asignatura pendiente cuya simple mención por un economista llevaba a ser insultado a derecha e izquierda, a perder amistades, etc.

El segundo ejemplo es la educación.
Este es un sector donde se logra que todas las personas implicadas estén convencidas de estar haciendo algo positivo. Los contribuyentes ponen el dinero, los políticos lo gastan, los profesores lo cobran, los alumnos hacen los deberes y reciben el título. ¿Hay algún problema?
El problema básico lo pone de manifiesto el Inglés. Un alumno español puede pasarse entre doce y quince años estudiando todos los años las mismas reglas gramaticales. El resultado es que no más de uno de cada cinco puede registrarse en un hotel sin armar algún lío, uno de cada diez contestar a las preguntas de un agente de inmigración sin acabar en el cuarto oscuro y uno de cada cien hacer una presentación sin arruinar a su empresa o provocar un altercado diplomático si trabaja para la administración. ¿Qué tiene de especial el Inglés? ¿Es más difícil que otras asignaturas? La característica especial del Inglés es que se puede evaluar fácilmente poniendo al alumno en las tres situaciones que describo más arriba. La situación no tiene porqué ser mejor en otras materias, simplemente es más difícil de evaluar.
En una situación de bonanza económica hay oportunidades con lagunas importantes de formación. De hecho, la bonanza económica fomenta el abandono escolar. Sin embargo, la crisis económica hace que tengamos que ser más exigentes con qué se estudia y cómo se estudia.

Algún lector me dirá que me estoy colando ya que éste es un análisis de largo plazo mientras que la crisis es un fenómeno de corto plazo. Aquí viene otro brote verde. Con un gobierno realista, sería una crisis más o menos profunda pero pasajera. Con un gobierno que cree que puede obviar los principios económicos básicos usando el lenguaje adecuado y esperando un milagro la crisis tendrá la suficiente duración como para provocar cambios estructurales inimaginables hace poco tiempo.

Podría seguir con posibles brotes verdes en más sectores (transporte, energía, etc) pero la técnica de análisis es siempre la misma. En la abundancia no es tan importante detectar problemas y buscar soluciones. En la escasez esa búsqueda se convierte en perentoria.