Nació en Valladolid hace 40 años. Es profesor de la Universidad de Chicago e impulsor de un nuevo departamento en la London School of Economics. Según Financial Times es uno de los economistas jóvenes más prestigiosos. Asegura que España va a sufrir una crisis a corto plazo.
XLSemanal. ¿Cuál es su visión de lo que está sucediendo en la economía a escala mundial?
Luis Garicano. Extremadamente negativa. Y estoy preocupado por lo que pueda pasar en España. En ningún país, salvo en éste, la mayoría de las hipotecas son de interés variable. Las familias están muy endeudadas y el país es muy vulnerable. Estos ingredientes forman un cóctel megaexplosivo.
XL. ¿Qué falta para detonarlo?
L.G. Me sorprende que aguantemos tanto. El mercado americano, donde se concedían hipotecas a gente sin garantías, hizo crac en julio. Inglaterra está igual. Y España está aguantando, pero cuando la gente vaya a refinanciar su hipoteca se va a encontrar con que les ha subido de precio.
XL. Si la gente no paga sus hipotecas, se la desahucia. Eso es una cadena terrible. ¿Dónde puede acabar?
L.G. La cuestión es saber cuándo se va a transmitir esto al conjunto de la economía. Es cuestión de meses. Puede bajar el empleo en construcción y luego la gente, al percibir que tiene menor riqueza, restringe el consumo. Y los bancos puede que disminuyan los créditos a otros sectores. Eso puede pasar a corto plazo.
XL. ¿Crisis o colapso?
L.G. Vamos a vivir una crisis. Y a medio plazo, una recesión.
XL. ¿Hasta qué punto las elecciones de 2008 están ocultando la realidad económica?
L.G. El Gobierno se va a poner a gastar a lo loco para camuflar la crisis: ayudas a los niños para ir al dentista, para viviendas… y todo eso puede ayudar a la economía. Eso es inyectar dinero, aunque sea por motivos electoralistas.
XL. ¿No cree que cuando se habla de crisis al final todos caemos presa del pánico y se detiene la economía?
L.G. Si todo el mundo piensa en eso, sí. Es lo que ha pasado en Gran Bretaña con el banco Northern Rock. Todos empezaron a retirar depósitos y cuando el banco fue a pedir crédito a otras entidades, nadie le quería prestar porque eso aumentaba su riesgo.
XL. ¿No le sorprende que haya tanto joven mileurista que se entrampa con créditos a 40 años? ¿Cómo los pagan?
L.G. No los pueden pagar. Todos tienen la percepción de que los precios de las casas van para arriba. Por eso se entrampan ahora y piensan que van a vender más caro después, porque ésos son sus ahorros.
XL. Es como ir al casino y jugárselo todo a una ficha.
L.G. Sí. Nadie está diversificando. Si yo pidiera un crédito de 150.000 euros a un banco para invertirlo en una compañía de Internet, la gente me diría: «¡Estás loco! Mejor invierte en varios sitios. Diversifica». Pero en España a todo el mundo le parece normal meter sus ahorros en una casa.
XL. ¿Se debe a que el español es miedoso?
L.G. Sí. Pero el colmo es que cree que apostar en los ladrillos es seguro, cuando es arriesgado.
XL. ¿Si fuera ministro de Economía, qué haría? ¿Sálvese quien pueda?
L.G. Tres cosas. Primero, crear un fondo de garantía de depósitos a escala europea. Segundo, preparar un presupuesto de emergencia anticíclico para reducir el impacto si las cosas se ponen feas. Y tercero, invertir más en la economía del conocimiento. Nuestra productividad es muy baja y seguimos haciendo las cosas como en los años sesenta, con más ladrillo. A largo plazo debería ser diferente: grandes centros de investigación y gastarse dinero en innovar.
XL. ¿Es un buen momento para salir a Bolsa?
L.G. No. El mercado de capitales no está interesado ahora en eso.
XL. A los recién casados, ¿les diría que compren una casa?
L.G. Ni hablar. Que alquilen.
XL. ¿Y qué recomendaría a una persona mayor?
L.G. Que venda su casa, se mude a una menor y viva de las rentas.
XL. ¿Qué empresa española es un modelo para usted?