La religión musulmana prohíbe cobrar intereses por los préstamos. No obstante, los bancos han encontrado la manera de sobreponerse a semejante problema. En vez de concederte una hipoteca cuando compras una casa y cobrar intereses por el préstamo, el banco compra la casa y te la alquila por el periodo de duración de una hipoteca con opción de compra a un determinado precio. Obviamente, si sumas el alquiler y el precio de la opción de compra va a dar una cantidad igual al precio de compra original de la casa más los intereses de una hipoteca más las molestias del banco para montar toda esta historia.
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