Estos días andamos trasteando con el Equilibrio General en clase de Microeconomía. Cada día observamos a millones de productores y consumidores intercambiar millones de productos y nos admiramos de que este proceso tenga un final feliz. La razón del final feliz es bastante sencilla una vez que uno se deshace de las complejidades innecesarias y se queda con el punto esencial: las personas participan voluntariamente en los intercambios y dejan de participar cuando consideran que no pueden ganar nada más. Por tanto, llegan a la mejor situación posible dados los recursos con los que afrontaron el intercambio. Podrían llegar a otra situación distinta si hubiesen empezado con otros recursos pero esa es otra historia.
El estudio del equilibrio general lleva implícita una disciplina mental que no se encuentra frecuentemente en el mundo periodístico ni, aparentemente, en el científico. Un ejemplo:
El Mundo. Edición digital
Actualizado viernes 21/03/2008 14:53 (CET)
El consumo de una taza de café equivale a gastar 140 litros de agua.
Esta cantidad equivale al consumo medio de una persona para sus necesidades básicas diarias.
La teoría del 'agua virtual' mide la cantidad utilizada para producir alimentos.
El autor del estudio ha sido galardonado con el Premio Estocolmo del Agua 2008.
BLANCA ARROYO ALONSO EUROPA PRESS
ESTOCOLMO.- La gente no sólo consume agua cuando bebe o se ducha. Así lo ha demostrado el profesor británico, John Anthony Allan, con su teoría del 'agua virtual', que mide la cantidad utilizada de este preciado líquido para producir alimentos.
Para poder tomar una taza de café son necesarios 140 litros de agua para el cultivo, producción y empaquetado de los granos de café. Esto equivale, aproximadamente, a la cantidad media que gasta una persona durante el día, para beber y realizar las tareas del hogar.
Más ejemplos: para obtener un trozo de queso de 500 gramos serían necesarios unos 2.500 litros de este recurso; para un litro de leche, más de 3.000; para un kilo de carne de res, más de 10.000... Es decir, en el menú diario, un consumidor emplea entre 2.000 y 5.000 litros de 'agua virtual'.
Esta historia suena bastante rara. Tal y como la cuenta la periodista parece que este científico propone buscar todos los procesos por los que pasó el café (bastante difícil) y sumar el agua que se ha gastado en todos los pasos.
El estudio del equilibrio general lleva implícita una disciplina mental que no se encuentra frecuentemente en el mundo periodístico ni, aparentemente, en el científico. Un ejemplo:
El Mundo. Edición digital
Actualizado viernes 21/03/2008 14:53 (CET)
El consumo de una taza de café equivale a gastar 140 litros de agua.
Esta cantidad equivale al consumo medio de una persona para sus necesidades básicas diarias.
La teoría del 'agua virtual' mide la cantidad utilizada para producir alimentos.
El autor del estudio ha sido galardonado con el Premio Estocolmo del Agua 2008.
BLANCA ARROYO ALONSO EUROPA PRESS
ESTOCOLMO.- La gente no sólo consume agua cuando bebe o se ducha. Así lo ha demostrado el profesor británico, John Anthony Allan, con su teoría del 'agua virtual', que mide la cantidad utilizada de este preciado líquido para producir alimentos.
Para poder tomar una taza de café son necesarios 140 litros de agua para el cultivo, producción y empaquetado de los granos de café. Esto equivale, aproximadamente, a la cantidad media que gasta una persona durante el día, para beber y realizar las tareas del hogar.
Más ejemplos: para obtener un trozo de queso de 500 gramos serían necesarios unos 2.500 litros de este recurso; para un litro de leche, más de 3.000; para un kilo de carne de res, más de 10.000... Es decir, en el menú diario, un consumidor emplea entre 2.000 y 5.000 litros de 'agua virtual'.
Esta historia suena bastante rara. Tal y como la cuenta la periodista parece que este científico propone buscar todos los procesos por los que pasó el café (bastante difícil) y sumar el agua que se ha gastado en todos los pasos.
En primer lugar, no parece ninguna teoría científica parece una suma incorrecta. Una teoría científica debe proporcionar una explicación plausible y contrastable de un fenómeno. Aquí no se explica cómo somos capaces de bebernos y sobre todo de pagar semejante cantidad de agua cada vez que vamos a la cafetería. Simplemente, se limita a hacer una suma.
En segundo lugar, es una suma que se encuentra en algún punto intermedio entre lo extraño y lo estúpido. La maestra que me enseñó a sumar ponía bastante énfasis en la importancia de sumar manzanas con manzanas y peras con peras. Un café tomado en el desierto de Dubai lleva unos centímetros cúbicos de agua del desierto que se gastaron en la elaboración de la infusión y varios metros cúbicos que se usaron a orillas de Amazonas para regar el cultivo. Esas dos cantidades no corresponden al mismo objeto y, por tanto, no pueden ser sumadas.
La clave del equilibrio general (y aquí viene a cuento la disciplina mental) es que haya agua en el grifo cuando yo me hago el primer café de la mañana. A mi no me sirve de nada que a esa misma hora el agua fluya vigorosamente Amazonas abajo. Por tanto, no son el mismo producto. En los productos importan además de las cualidades físicas del producto, el lugar y el momento. En otras palabras, los productos sólo son iguales si están en el mismo momento en el mismo lugar. Es frecuente que haya una sequía terrible en el verano en un pueblo en que hubo inundaciones en la primavera. Siguiendo la “teoría” del agua virtual la gente del pueblo se queja de vicio porque sumando el agua de las inundaciones y la de la sequía tienen más agua de la que realmente necesitan.
Resumiendo, el agua es escasa local y temporalmente pero no globalmente. Por tanto, no puede sumarse la que se usa en zonas y tiempo en que es escasa con la que se usa en zonas y tiempos en que no lo es.
Por último, ¿Para qué sirve este tipo de sumas? Yo creo que sirven para impulsar agendas políticas impresentables sirviéndose de la escasa capacidad de análisis de la población.
Resumiendo, el agua es escasa local y temporalmente pero no globalmente. Por tanto, no puede sumarse la que se usa en zonas y tiempo en que es escasa con la que se usa en zonas y tiempos en que no lo es.
Por último, ¿Para qué sirve este tipo de sumas? Yo creo que sirven para impulsar agendas políticas impresentables sirviéndose de la escasa capacidad de análisis de la población.
No hay comentarios:
Publicar un comentario