sábado, marzo 22, 2008

Los logros educativos de un artista

Dedicado con mucho cariño a un maestro, economista y cineasta ilustrado que dice ser mi alumno cuando yo creo que es al revés.

El Presidente del Gobierno y la Ministra de educación han afirmado en alguna ocasión que los logros académicos de los estudiantes españoles deben ser analizados a la luz de nuestra historia reciente y no tan reciente. En el caso concreto de los resultados del informe PISA atribuían una parte de los resultados al nivel educativo de los padres.
Yo soy bastante escéptico con esta explicación pero no la descarto totalmente. Tengo varios amigos que, con importantes matices, usan argumentos parecidos para explicar algunas anomalías políticas, laborales y sociales de nuestro país.

En el caso que hoy me ocupa, la diferente aceptación de los productos audiovisuales americanos y españoles se atribuye al supuesto lavado de cerebro que lleva a cabo la industria a base de dólares. Sin embargo, hay otros factores que afectan al resultado. Entre estos factores, está el nivel educativo de las personas que participan en el negocio audiovisual en Estados Unidos.

Os voy a poner un ejemplo de un artista americano y os animo a que lo comparéis con cualquier artista español contemporáneo.

Kris Kristofferson estudió el equivalente americano a la Licenciatura en Pomona College y tiene un Master en Literatura Inglesa por la Universidad de Oxford. Este Master lo consiguió con una beca Rhodes.
Por ejemplo, ésta es la beca que le permitió a Bill Clinton dejar atrás oscuros tiempos de pobreza en Arkansas y hacer historia. También es la beca que le permitió a Chris Barret pasar por Oxford antes de ser mi compañero en Wisconsin y convertirse en una de los economistas de desarrollo más prolíficos de la actualidad. Kristofferson alcanzó el grado de Capitán en el ejército americano y es piloto de helicópteros.

El caso es que a los treinta años renunció a una plaza de profesor en la academia militar de West Point para dedicarse a tiempo completo a la música. Esta decisión le llevó a tener que trabajar de barrendero en un estudio de grabación y a jugarse la vida los fines de semana haciendo piruetas con el helicóptero en una plataforma petrolífera del golfo de México. Su carrera de piloto terminó abruptamente y comenzó la de músico el día que, harto de que nadie le hiciese caso, aterrizó en el jardín de Johnny Cash para enseñarle unas composiciones.

¿Por qué me ha llamado la atención Kris Kristofferson?
En primer lugar, me di cuenta de que en la madurez había modificado su canción “Help me make it through the night”.




En concreto, cuando la letra de la canción dice “I don’t care what's right or wrong” (2’ 47’’) hace una pausa y dice: “yes, I do”. Kris tiene ahora casi 72 años y sigue desafiando los elementos para hacer lo que más le gusta.




Sigue parando un momento y diciendo “Sí, me importa lo que está bien o lo que está mal”. Me siento cerca de Kris porque a mi también me importa lo que está bien y lo que está mal.


En segundo lugar, me llama también la atención porque tiene la edad de mi padre, de Amancio Ortega y de Mario Vargas Llosa. Cecilia Monllor ha logrado uno de los mejores comienzos de una historia empresarial que recuerdo en su libro “Zarapolis”. Según esta escritora, el ángel encargado de distribuir los talentos tuvo un día muy agitado el 28 de marzo de 1936. En el mismo día tuvo que desplazarse a Arequipa (Perú) para concederle a Mario Vargas Llosa el talento de la escritura y a Busdongo de Arbás (León) para concederle el talento de la innovación a Amancio Ortega. Simplemente, el paso por la carretera nacional a Asturias o parar a tomar unas tapas o el plato del día en los razonables restaurantes os hará entender lo que tuvo que sentir el ángel al llevar tan extraño talento a tan bonito pero improbable lugar.

¿Hay algo de economía en esta historia?
Está el tema del capital humano.
En cualquier barra de bar puedes encontrar a un grupo de personas echándose unas risas a costa de la ignorancia de los americanos. Sin embargo, la historia no encaja bien con las simples estadísticas numéricas sobre asistencia a la universidad a partir de la segunda guerra mundial. La historia se vuelve mucho más en contra de los chistosos si ponderamos las estadísticas por la calidad de los centros de educación superior. Finalmente, la diferencia es simplemente devastadora si nos fijamos en su grado de eficiencia. Por ejemplo, no dedican doce años a aprender un idioma extranjero sin ser capaces de balbucear unas palabras.

Está el tema del éxito profesional
En el primer video vemos a cuatro consagrados cantantes de country haciendo una gira conjunta bajo el nombre de “The Highway men”. ¿Necesitaban el dinero? Aunque ya tenían mucho puede que el dinero fuese una variable explicativa. Sin embargo, viendo la cara que ponen al tocar me da la impresión de que buscaban y habían encontrado otra cosa. Este tema os lo puede explicar bien mi amigo Hector Escobar bajo el prisma de su experiencia en “Los Flechazos”.


Está el tema de la excentricidad y la innovación
Yo creo que en nuestro país no mimamos lo suficiente a los que están dispuestos a hacer cosas excepcionales. Kris pudo haber sido un excelente profesor en West Point, haberse jubilado hace veinte años y estar jugando al golf en Florida. Sin embargo, sigue pasando más frío que un mono en los escenarios. El disfruta mientras nos ha regalado, entre otras, una de las canciones más conocidas del siglo XX. Prefiero la versión de Janis Joplin pero así interpreta Kris su gran éxito junto a Judy Collins:

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