martes, septiembre 04, 2007

¿Ignorancia o perversidad?

Hace un tiempo estuve cenando con dos amigos, uno de ellos militante socialista de base y el otro, aparentemente, simpatizante. Ambos son buenos economistas y han participado activamente en las actividades extra-escolares que preparo para mis alumnos. En un momento de la cena mencionaron en términos tremendamente elogiosos a Carme Chacón.

Esa recomendación explícita por parte de dos personas de mi total confianza redobla mi estupor ante el discurso de toma de posesión de la nueva ministra de vivienda:



"Quiero que el precio de la vivienda no trunque un sólo proyecto de vida personal, una sola pareja que desee unirse, un hijo que tenga que venir al mundo o un cambio de ciudad"

La clave de la supuesta ignorancia está en las palabras resaltadas. Mi sorpresa es tan grande que esta frase va a estar presente en el primer trabajo de Microeconomía de este año. Estas son las preguntas asociadas al exabrupto:

1. ¿Qué precio debería tener la vivienda para lograr el objetivo de la ministra?
2. Rescribe la frase de modo que constituya un objetivo factible de política económica.

La frase puede esconder una ignorancia económica de gran calibre que, en términos políticos, se traduce en promesas con un coste de oportunidad difícilmente asumible. Una alternativa menos inquietante es que la frase sea producto de la perversidad. De hecho, para un analfabeto económico la frase no sólo no causa estupor sino que se considera un objetivo loable que merece el apoyo mediante el voto. Por tanto, si los analfabetos son mayoría, la frase es una buena estrategia política.

Los socialistas no tienen el monopolio de la indigencia intelectual económica (alternativamente, perversidad política). Ante la ocurrencia de ofrecer 2500 euros a todos los recién nacidos sin ningún tipo de reflexión, el PP responde ofreciendo 3000. Por lo tanto, el PP ofrecerá que el precio de la vivienda no sólo no trunque ningún proyecto personal sino que fuerce alguna elección privada que se ajuste a su ideario más conservador.

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