Hace unos años leí en un periódico que la casa Mercedes ponía a la venta un automóvil que estaba sólo ligeramente por encima del límite superior de mis posibilidades económicas. En el concesionario más cercano comprobé que el coche de ese precio tenía tapacubos de plástico, aire acondicionado de chorro y un motor que, a duras penas, podía arrastrar la carrocería en llano. El que yo tenía en mente costaba el doble. Desde entonces, me da vergüenza acercarme al concesionario porque estoy seguro de que los vendedores se ríen al recordar mi cara cuando mencionaron el precio real del coche.
Mi renovado interés por conducir un Mercedes tiene que ver con el anuncio de que vivimos en un país de la Champions League económica. En un país con semejante economía los coches de lujo tienen que empezar a proliferar por las calles y yo no voy a ser menos.
Me acerqué a un desguace y conseguí la figura en forma de estrella que identifica el frontal de los Mercedes. A continuación, usando un pegamento fuerte pegué la figurita en el frontal de mi Seat Ibiza comprado en la primavera de 1997 y ya tengo un Mercedes.
Lo bueno de vivir en esta época tan "fantástica" es que nadie osa discutirme que tengo un Mercedes. Allí tiene su estrella y si alguien discrepa le pongo fresco por anticuado, por oponerse al progreso, etc.
No obstante, algunas personas intentan una táctica indirecta. Viene uno y me pregunta cómo se me ocurrió semejante idea. Le contesto que leyendo El Diario de León.
Mi renovado interés por conducir un Mercedes tiene que ver con el anuncio de que vivimos en un país de la Champions League económica. En un país con semejante economía los coches de lujo tienen que empezar a proliferar por las calles y yo no voy a ser menos.
Me acerqué a un desguace y conseguí la figura en forma de estrella que identifica el frontal de los Mercedes. A continuación, usando un pegamento fuerte pegué la figurita en el frontal de mi Seat Ibiza comprado en la primavera de 1997 y ya tengo un Mercedes.
Lo bueno de vivir en esta época tan "fantástica" es que nadie osa discutirme que tengo un Mercedes. Allí tiene su estrella y si alguien discrepa le pongo fresco por anticuado, por oponerse al progreso, etc.
No obstante, algunas personas intentan una táctica indirecta. Viene uno y me pregunta cómo se me ocurrió semejante idea. Le contesto que leyendo El Diario de León.
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Diario de León. 12 de Septiembre de 2007
INFRAESTRUCTURAS
El AVE que llegará a León en el año 2008 ya circula a modo de prueba
INFRAESTRUCTURAS
El AVE que llegará a León en el año 2008 ya circula a modo de prueba
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Si el AVE puede llegar a León por la vía centenaria, atravesando pasos a niveles y cascos urbanos a la misma velocidad que hace décadas por qué no voy a tener yo un Mercedes sin cambiar de coche.
Lo malo de tener amigos inteligentes es que tienen salidas para todo. Me replica que por qué no le puse la estrella al SEAT 127 que llevaba a la Facultad a mediados de los 80. ¿Por qué tardar tanto para tener un Mercedes? ¡Lo que hubieses presumido con él cuando eras joven!
Eran otros tiempos. Yo creía, equivocadamente, que un Mercedes tenía que tener una determinada ingeniería y, por tanto, un coste. Sin embargo, en aquellos lejanos y oscuros tiempos no era el único que no veía con claridad las cosas. Por ejemplo, Felipe González pensaba que un tren de alta velocidad necesitaba vías específicas, cerradas sobre si mismas, sin pasos a nivel y circular a una velocidad cercana a los 300 kilómetros por hora. Felipe podría haber ahorrado mucho tiempo y dinero llevando el AVE a Sevilla siete años antes por la vía de toda la vida y tardando lo mismo que siempre. Al final, allí estaría la gente de Sevilla ovacionándole como estará la gente de León cuando llegue el AVE. Pero eran de verdad otros tiempos. Yo creo que la gente se hubiese burlado entonces de mi Mercedes y hubiesen recibido a Felipe a pedradas.
Afortunadamente, la forma moderna de pensar va calando en la sociedad. El dueño del bar lleno de humo y con olor a fritura con aceite de tranvía donde nos encontrábamos discutiendo este tema nos aseguró que va a conseguir una estrella Michelín para su bar del mismo modo que yo conduzco un Mercedes o el AVE va a llegar a León.
Lo malo de tener amigos inteligentes es que tienen salidas para todo. Me replica que por qué no le puse la estrella al SEAT 127 que llevaba a la Facultad a mediados de los 80. ¿Por qué tardar tanto para tener un Mercedes? ¡Lo que hubieses presumido con él cuando eras joven!
Eran otros tiempos. Yo creía, equivocadamente, que un Mercedes tenía que tener una determinada ingeniería y, por tanto, un coste. Sin embargo, en aquellos lejanos y oscuros tiempos no era el único que no veía con claridad las cosas. Por ejemplo, Felipe González pensaba que un tren de alta velocidad necesitaba vías específicas, cerradas sobre si mismas, sin pasos a nivel y circular a una velocidad cercana a los 300 kilómetros por hora. Felipe podría haber ahorrado mucho tiempo y dinero llevando el AVE a Sevilla siete años antes por la vía de toda la vida y tardando lo mismo que siempre. Al final, allí estaría la gente de Sevilla ovacionándole como estará la gente de León cuando llegue el AVE. Pero eran de verdad otros tiempos. Yo creo que la gente se hubiese burlado entonces de mi Mercedes y hubiesen recibido a Felipe a pedradas.
Afortunadamente, la forma moderna de pensar va calando en la sociedad. El dueño del bar lleno de humo y con olor a fritura con aceite de tranvía donde nos encontrábamos discutiendo este tema nos aseguró que va a conseguir una estrella Michelín para su bar del mismo modo que yo conduzco un Mercedes o el AVE va a llegar a León.
La parte más triste de estos nuevos tiempo es que la economía de la Champions comparte las características básicas del AVE de León y de mi automovil de lujo. Si miras a algunos detalles superficiales y, en gran medida, accesorios puedes vivir en la autocomplacencia pero si profundizas ligeramente descubrirás la triste realidad.
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