Esta mañana he recibido por correo las actas del Congreso de Economía de Castilla y León. El sobre indicaba que venía de la Consejería de Economía de la Junta de Castilla y León e incluía una tarjeta con un cordial saludo de D. Tomás Villanueva.
Las actas del congreso afectan a una entrada anterior del blog. En esa entrada, mencionaba las sorprendentes posiciones antagónicas sobre el papel del I+D que mantuvieron en el congreso Xavier Sala i Martín y el Consejero de Economía. De hecho, yo señalaba mi estupor por el hecho de que las intervenciones fueron consecutivas. Para mi sorpresa, mi memoria o mi capacidad de atención me han jugado dos malas pasadas. La primera es que en la página 374 de las actas, al igual que Xavier, el Consejero se muestra crítico con los resultados de la agenda de Lisboa. Sinceramente, no lo recordaba. La segunda y más importante es que en la página 376, el Consejero reconoce explícitamente que vamos a recibir más fondos de I+D pero que, por si solos, no van a garantizar el progreso. De nuevo, el Consejero coincide exactamente con Xavier. Es decir, el consejero no mencionó en su discurso una relación simplista entre gasto en I+D e innovación como yo afirmé en este blog. Por lo tanto, sin dilación pido disculpas por mi error. El error me duele especialmente porque el comentario era innecesario y, a la vista de las actas, no hace justicia a la posición del Consejero en este tema.
Las actas del congreso afectan a una entrada anterior del blog. En esa entrada, mencionaba las sorprendentes posiciones antagónicas sobre el papel del I+D que mantuvieron en el congreso Xavier Sala i Martín y el Consejero de Economía. De hecho, yo señalaba mi estupor por el hecho de que las intervenciones fueron consecutivas. Para mi sorpresa, mi memoria o mi capacidad de atención me han jugado dos malas pasadas. La primera es que en la página 374 de las actas, al igual que Xavier, el Consejero se muestra crítico con los resultados de la agenda de Lisboa. Sinceramente, no lo recordaba. La segunda y más importante es que en la página 376, el Consejero reconoce explícitamente que vamos a recibir más fondos de I+D pero que, por si solos, no van a garantizar el progreso. De nuevo, el Consejero coincide exactamente con Xavier. Es decir, el consejero no mencionó en su discurso una relación simplista entre gasto en I+D e innovación como yo afirmé en este blog. Por lo tanto, sin dilación pido disculpas por mi error. El error me duele especialmente porque el comentario era innecesario y, a la vista de las actas, no hace justicia a la posición del Consejero en este tema.
Soy una persona acostumbrada a preguntar y, a veces, contestar sobre la causa de las cosas que ocurren. A continuación, trataré de elaborar una hipótesis sobre el origen del error.
La tarde de autos Xavier Sala i Martín impartió una brillante conferencia en la que analizó las debilidades básicas de la economía española (por ejemplo, flexibilidad, eficiencia y educación). Al parecer, algunas de esas debilidades están relacionadas con intervenciones y regulaciones explícitas de las diferentes administraciones públicas. La receta de Xavier para estos problemas es menos intervención y más competencia. No debo ocultar que muchas veces me pregunto por qué no se aplican estas sencillas recetas.
Ante esta crítica frontal a la actividad de la administración, el Consejero presentó unas líneas básicas de política industrial más convencionales. Algunos ejemplos son:
Página 378. “El objetivo es promover el impulso de sectores productivos concretos, adoptando estrategias de especialización que permitan conseguir la diferenciación de la oferta regional para competir en el nuevo entorno”.
“Por otro lado, la apuesta por sectores basadas en la economía del conocimiento es la estrategia de diferenciación que está permitiendo importantes avances cuando se implanta de modo correcto y por lo que está apostando la Unión Europea”.
En la página 379 proporciona un listado de las funciones de una agencia denominada ADE (ayudas a la inversión, ayudas a la exportación, prestación de servicios y ayudas a la búsqueda de ayudas europeas).
Es decir, aquella tarde asistí al contraste entre las propuestas liberalizadoras de Xavier y las propuestas de políticas activas del Consejero. Lo que yo hubiera esperado en ese momento era una crítica a las propuestas de Xavier. Algunas propuestas pueden ser erróneas y otras inaplicables desde un punto de vista político pero merecen ser discutidas y evaluadas. Por tanto, las diferencias no debatidas entre las propuestas de ambos conferenciantes constituye el recuerdo más claro de aquella tarde. El paso del tiempo me jugó una mala pasada y me equivoqué al ampliar la divergencia de opiniones a la I+D.
La tarde de autos Xavier Sala i Martín impartió una brillante conferencia en la que analizó las debilidades básicas de la economía española (por ejemplo, flexibilidad, eficiencia y educación). Al parecer, algunas de esas debilidades están relacionadas con intervenciones y regulaciones explícitas de las diferentes administraciones públicas. La receta de Xavier para estos problemas es menos intervención y más competencia. No debo ocultar que muchas veces me pregunto por qué no se aplican estas sencillas recetas.
Ante esta crítica frontal a la actividad de la administración, el Consejero presentó unas líneas básicas de política industrial más convencionales. Algunos ejemplos son:
Página 378. “El objetivo es promover el impulso de sectores productivos concretos, adoptando estrategias de especialización que permitan conseguir la diferenciación de la oferta regional para competir en el nuevo entorno”.
“Por otro lado, la apuesta por sectores basadas en la economía del conocimiento es la estrategia de diferenciación que está permitiendo importantes avances cuando se implanta de modo correcto y por lo que está apostando la Unión Europea”.
En la página 379 proporciona un listado de las funciones de una agencia denominada ADE (ayudas a la inversión, ayudas a la exportación, prestación de servicios y ayudas a la búsqueda de ayudas europeas).
Es decir, aquella tarde asistí al contraste entre las propuestas liberalizadoras de Xavier y las propuestas de políticas activas del Consejero. Lo que yo hubiera esperado en ese momento era una crítica a las propuestas de Xavier. Algunas propuestas pueden ser erróneas y otras inaplicables desde un punto de vista político pero merecen ser discutidas y evaluadas. Por tanto, las diferencias no debatidas entre las propuestas de ambos conferenciantes constituye el recuerdo más claro de aquella tarde. El paso del tiempo me jugó una mala pasada y me equivoqué al ampliar la divergencia de opiniones a la I+D.
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