martes, abril 29, 2008

Pérez-Reverte

XL Semanal. 23 de Diciembre de 2007.
Permitidme tutearos, imbéciles.
Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros –aquí matizaré ministros y ministras– de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros –el tuteo es deliberado– a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas. Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña. Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones. Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos». Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p’alante. Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo. Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado.

viernes, abril 25, 2008

La uniformidad es enemiga de la innovación


Encadenamos tres días de fiesta en la Universidad de León. El miércoles la fiesta de la Comunidad Autónoma, el jueves fiesta local de la “independencia” de León y hoy fiesta universitaria (San Isidoro). Como decía, una buena manera de enfocar el fin de curso con racionalidad. Sin embargo, como mis clases son los lunes y los martes, este año apenas me han afectado los diversos puentes y acueductos y he logrado dar con un poco de calma el tema de Competencia Monopolística.
La clave de este modelo (estructura de mercado) es que numerosos competidores venden un producto ligeramente diferenciado. Por tanto, los consumidores tienen más opciones a costa de pagar un precio superior al de un producto no diferenciado.

Empecé la presentación del tema hablando de uniformes del colegio. Animé a los alumnos a que presentasen las dos visiones contrapuestas que hay sobre el tema. Una alumna comentó su disgusto por haber llevado uniforme porque, de algún modo, limitaba una forma de expresión personal. El resto de los alumnos y un servidor mencionamos las ventajas de llevar uniforme. Todas ellas conducen a un coste bajo:
1. No hay nada que pensar cada mañana ni hace falta ir de compras con frecuencia.
2. Se limitan las discusiones sobre lo que constituye un atuendo adecuado. Se elimina la presión social sobre la apariencia.
3. Dos o tres recambios de cada pieza (pantalón, camisa, chaqueta) son más que suficientes para pasar un curso académico.


Aparentemente, las ventajas superan a los inconvenientes de no poder usar la ropa como forma de expresión personal. Sin embargo, en cuanto se cambia el ejemplo la balanza se mueve en dirección contraria a la uniformidad. El segundo ejemplo que propuse fue el de los automóviles.




Imaginad un mundo en que el gobierno haya decidido que ahorremos en la compra de automóviles. Básicamente, en los concesionarios hay tres tipos de automóviles: pequeño, mediano y grande.
Si todos los coches son iguales ¿Cómo pueden cambiar? Es importante darse cuenta de que existe una relación esencial entre avance en la tecnología automovilística y diferenciación. La innovación llega a través de diferenciaciones continuas y sucesivas de los automóviles. En un mundo con tres tipos de automóviles todos seguiríamos conduciendo algo parecido a los SEAT de los años 60.









Esta relación entre diferenciación e innovación es la base de los modelos teóricos más avanzados de crecimiento económico. Por otra parte, esta idea puede abrir un debate sobre los intentos de uniformización europea de la enseñanza universitaria.


La columna mensual de Javi

La Nueva España. 24 de Abril de 2008
*
Oportunidades Globales, Amenazas Locales
*
¿Alguien se imagina cómo se construye un lápiz? Con esta pregunta el Premio Nobel en Economía, Milton Friedman, en los años 80 explicaba las bondades del mercado. El autor mostraba que para que un simple lápiz llegue a una tienda hacía falta el trabajo de muchas personas en varias partes del mundo. También argumentaba que sólo con un sistema de mercado se podía conseguir que esas personas, a través de los precios y guiadas por sus incentivos, se pongan de acuerdo para que los lápices estén en las estanterías de las tiendas a un precio muy asumible.
En dos décadas las cosas han cambiado mucho, la historia del lápiz la encontramos en You Tube, pero a pesar de todo el ejemplo se puede seguir utilizando. Podríamos seguir hablando de lápices pero también de otros productos que forman parte de nuestra vida diaria como son los reproductores de música, el teléfono móvil, el DVD o el ordenador personal que, de los muchos ejemplos que se pueden poner, nos permiten explicar la interconexión que existe en la actual economía global o mundial.
Tres investigadores de la Universidad de California publicaron recientemente un estudio, http://pcic.merage.uci.edu/papers/2007/AppleiPod.pdf, en el que tratan de averiguar dónde se produce una Ipod de la empresa Appel y cuál es el reparto mundial de su beneficio. El punto de partida es una Ipod de 30 gigabytes que en Estados Unidos tiene un precio al público de unos 300 dólares. A partir de ahí se “destripa” la Ipod en 451 componentes distintos, que van desde los tornillos hasta la logística de poner el producto en las estanterías de las tiendas.
Muy pocos de los componentes de la Ipod los produce Apple, sino que son subcontratados a otras empresas especializadas repartidas por el mundo. Las 451 piezas de la Ipod tienen un coste para la empresa Apple estimado en 144$. Hablemos del reparto del beneficio, ¿quién es el que más gana con la venta de una Ipod y dónde? Muchos podrían pensar que las empresas Chinas o los países asiáticos, porque al fin y al cabo es donde más componentes se producen. En cambio la respuesta es que Appel y las empresas americanas son las que más beneficio obtienen por la venta de un Ipod. En concreto, Appel obtiene un beneficio bruto de 80$ por cada Ipod, el 42,1% del total. En segundo lugar están Japón y sus empresas, que obtienen 26$, y en último lugar los países emergentes (China, Taiwan, Filipinas) que aportan menos del 1% al total del beneficio bruto de una Ipod.
La lectura de este ejemplo es clara, Apple ha aprovechado una oportunidad global. Se ha centrado en lo que sabe hacer, y por lo que obtiene el mayor beneficio, que es concebir la idea, desde su diseño e ingeniería hasta su distribución, y ha subcontratado lo que otros pueden hacer mejor y a menor precio en el mundo. La palabra clave es “en el mundo”, porque las nuevas tecnologías y la caída de los costes de transporte y de comunicación entre países permiten a las empresas diseccionar aún más sus procesos productivos y, o bien contratarlos a empresas especializadas, o bien producirlos en aquellos países donde más recursos y menores costes existan.
Las empresas españolas también han aprovechado estas oportunidades globales. En una investigación del año 2006, el profesor de la Universidad de Wharton Mauro Guillén pone de manifiesto que las empresas españolas invierten en el mundo más de lo que las empresas de capital extranjero invierten en España. Hoy las inversiones de empresas foráneas en España, que superan los 20.000 millones de euros, generan el 6,6% del total del empleo.
En cambio, estas oportunidades globales también tienen otra cara, el de las amenazas locales. Los asturianos pueden tener en la cabeza el reciente cierre de Autotex o los problemas en la Fábrica de Loza San Claudio o en los astilleros; los gaditanos podrían hablar mucho de Delphi, los catalanes de Samsung, y así hasta 130, que son los casos de deslocalización que han detectado en una investigación tres profesores de la Universidad Complutense en los últimos quince años (http://www1.euskadi.net/ekonomiaz/taula4_c.apl?REG=690).
En este contexto, muchas personas que ocupan empleos de baja cualificación pueden verse amenazados, aunque las cosas están cambiando. Actualmente, las actividades de alto valor añadido, como la Investigación y el Desarrollo (I+D), así como en la producción de bienes de elevado contenido tecnológico, también son objeto de deslocalización. En un documento reciente (www.ilo.org/public/spanish/dialogue/sector/techmeet/tmiti07/report.pdf) de la Organización Internacional del Trabajo se pone de relieve la creciente localización en países emergentes de actividades de alta tecnología, dejando de lado el tópico de que en China se hacen productos de bajo valor añadido. Por ejemplo, las cuatro empresas de telefonía más importantes del mundo (Motorola, Nokia, Ericsson y Siemens) suman 33 centros de I+D en China con más de 3.000 empleados de alta cualificación.
Las cuatro ideas más importantes que me gustaría transmitir con estos ejemplos son: primera, que existen oportunidades globales para aquellas empresas que tienen ideas y pueden ejecutarlas a costes cada vez menores. Segunda, estas oportunidades benefician a todos los consumidores del mundo, porque aumenta la competencia a escala global y con ello la innovación y la posibilidad de reducir los precios de un gran número de bienes y servicios. Tercera, los países emergentes tienen una gran capacidad de absorber inversión de las empresas de los países más desarrollados, lo que abre una oportunidad para mejorar las condiciones de vida de millones de personas que también se están convirtiendo en consumidores globales. Y cuarta, los efectos positivos a escala global también tienen la contrapartida de amenazas locales, tanto para trabajadores de alta como de baja cualificación, y tanto en la industria como en los servicios.
La integración y conexión cada vez mayor de los mercados exige respuestas flexibles e imaginativas, de las empresas, de los trabajadores y de las Administraciones Públicas. Las empresas y los trabajadores tienen que dibujar su papel en el puzle global a través de la innovación y el conocimiento, pero las Administraciones también, porque lejos de perder protagonismo lo tienen y de manera decisiva. Las empresas necesitan una Administración que trabaje de manera ágil y flexible, cree instituciones estables, asegure el buen funcionamiento de los mercados, que diseñe una política fiscal atractiva, construya buenas infraestructuras físicas y tecnológicas, que asegure un buen funcionamiento de los servicios públicos básicos como la educación o que el sistema de innovación, pieza clave de ese puzle global, sea efectivo, y esto significa medir la innovación no a través de los recursos que se destinan sino de las rentabilidades que obtienen las empresas con ellos.

miércoles, abril 16, 2008

El extraño mundo de la política

Cristina Garmendia es el personaje más interesante del nuevo gobierno. Desde luego, tiene un bagaje intelectual y profesional muy distinto a otros miembros del gobierno. Un punto interesante es que a nadie le hubiese extrañado verla de ministra en un hipotético gobierno de Mariano Rajoy. Dicho esto, sólo puedo alabar la elección de Zapatero y sentirme confuso sobre el papel de esta mujer en el gabinete. Por ejemplo, me pregunto cuáles serán sus relaciones con la Ministra de igualdad. Estas son las declaraciones de Garmendia a Cinco Días el 29 de Abril de 2006:

Yo no he sufrido ningún tipo de discriminación, pero eso no significa que no la haya. En biomedicina somos mayoría de mujeres en estos momentos. Con lo que no estoy de acuerdo es con la imposición. No estoy a favor de las cuotas, y mucho menos dentro del sector privado, donde está en juego la competitividad de las empresas. Hay sectores en los que tradicionalmente no ha habido mujeres, y es ahí donde es más difícil que ocupen puestos directivos. Mi padre fue el promotor de que yo tuviera mi propio desarrollo profesional.

Por cierto, si las cuotas son un problema en el sector privado también lo son en el público. De hecho, el bienestar de las personas más desfavorecidas suele verse más afectado por la ineficiencia del sector público que el de las personas con más recursos económicos.

Una universidad de cartón piedra con figurantes



Llevo tiempo dándole vueltas al contenido de este vídeo y no encontraba la parte que me inquieta. Es decir, lo que está fuera de lugar.
Primero pensé que era la envidia que me corroe. A mí no me aplauden mis alumnos y si lo hiciesen no sabría interpretarlo. Luego, pensé que era la imagen de la Facultad extrañamente vacía mientras el rector aparece casualmente por allí. Finalmente, creo que lo descubrí. Los alumnos tienen ante sí al Ministro de Industria a punto de enfrentarse a una crisis económica de magnitud desconocida y sólo se les ocurre aplaudir como si estuviesen contratados como extras en un anuncio. No se trata de un Ministro al que no conozcan o que crean que no le pueden entender. De hecho, hasta el viernes anterior era su profesor y les explicaba el concepto de elasticidad de la demanda.


Algunas preguntas posibles:
- Sus planes para el Ministerio.
- Una descripción de sus desacuerdos con Solbes.
- ¿Cómo logra comunicarse con Zapatero en temas de economía?
- Una valoración de la crisis económica.
- Una valoración del papel del gobierno en la profundidad de la crisis económica.

- Una valoración de los efectos a medio plazo de las propuestas de incremento del gasto público para mitigar los efectos de la crisis.