martes, septiembre 18, 2007

210 euros de ayuda para el alquiler. Lo que cualquier economista sabe y que, por razones que ignoro, se calla.

La teoría económica más básica indica que la medida subirá el precio del alquiler produciendo beneficios netos para los dueños de las viviendas y beneficios para los receptores del subsidio sólo si el alquiler sube menos que la subvención. Por otra parte, afectará negativamente a quienes sufran la subida del alquiler sin recibir la subvención y, por supuesto, al sufrido contribuyente.

Teoría económica
La renta de los arrendatarios jóvenes sube. La demanda de vivienda de alquiler se desplaza a la derecha. Es decir, más personas quieren alquilar a cada posible precio. La oferta no se desplaza ya que no ha cambiado ninguno de los factores que la determinan. A cada precio, se ofrecen las mismas viviendas en alquiler que antes de la medida. Por lo tanto, sube el precio del alquiler. El dueño de la vivienda se beneficia de la subida del alquiler, el inquilino de la diferencia entre la subvención y la subida del precio del alquiler. La distribución de la subvención entre dueños y jóvenes dependerá de las condiciones de oferta y demanda. Por tanto, el dinero de los contribuyentes se distribuye de forma desconocida entre los dueños de las casas y los jóvenes inquilinos.
Un detalle interesante es que el precio del alquiler sube también para lo que no reciben subvención. En este caso, la medida transfiere dinero directamente de los inquilinos sin subvención a los dueños de las viviendas.

Intuición
Caso 1

Un pueblo con 1000 casas en alquiler idénticas en las que viven 1000 jóvenes pagando 500 euros de renta. El contrato de arrendamiento y el alquiler se renuevan el día de nochevieja. El casero se entera de que el gobierno entregará 210 euros a cada joven a partir del 1 de enero. El malvado casero les anuncia que la renta a partir del 1 de enero es de 710 euros. ¿Por qué haría eso el malvado casero? Para ganar tanto como pueda con su propiedad. La renta subirá a 710 euros. Los jóvenes no tienen incentivos a dejar la casa ya que siguen pagando de su bolsillo lo mismo que antes: 500 euros. El resto se lo pagan sus vecinos. Por tanto, todos se quedan en sus casas tan pobres como antes y el casero se embolsa 210 euros.
Caso 2.
Aflojemos un poco. En el pueblo hay además 200 viviendas vacías. Sin embargo, las viviendas ya estaban vacías cuando se pagaban 500 euros. Por tanto, no se alquilarán a menos que el alquiler sea mayor de 500 euros. Por tanto, si existen viviendas vacías, puede que los jóvenes no tengan que pagar 710 euros pero desde luego tendrán que pagar más de 500. Un punto clave es que si en el pueblo se están pagando 710 euros de alquiler yo voy a tratar de alquilar mi vivienda vacia a ese precio.
Resultado: el casero siempre gana, la ganancia del joven subvencionado depende de si hay viviendas vacías y de cuanto dinero sea necesario para animar a los malvados dueños a ponerlas en alquiler.
Caso 3
La subvención anima a otros jóvenes a irse de alquiler. Estos nuevos demandantes podrían hacer subir todavía más el precio del alquiler. De nuevo, el dueño gana, el joven pierde.

Alternativa
Gastar una pequeña parte del dinero de las subvenciones en agilizar los procedimientos judiciales asociados al alquiler: morosidad y cobro de destrozos. En este caso, se desplaza la oferta, baja el precio y beneficia inequívocamente a todos los inquilinos.
Implicaciones políticas
Esta absurda medida es parte de la desesperada precampaña electoral del gobierno. Se trata simplemente de comprar un cierto número de votos que pueden decidir las elecciones sin preocuparse de los efectos microeconómicos y macroeconómicos de la medida. Sin embargo, la medida no es de su exclusivo patrimonio. La Junta de Castilla y León, donde gobierna el pepé desde tiempos inmemoriales, aplica ya diferentes versiones de esta medida. Por otra parte, el pepé tuvo ocho magníficos años en el gobierno en los que no adoptó medidas de política de oferta en el mercado de vivienda.

2 comentarios:

Pelayo González dijo...

Pues no viste hoy a una contertulia en La Mirada Crítica diciendo que eso supone "riqueza estructural" para el país

Roque dijo...

Otra posible medida por el lado de la oferta y barata a corto plazo.
El mercado de alquiler está destrozado por un problema de selección adversa. Los limones son un pequeño porcentaje de gente que vive de alquiler en alquiler dejando deudas por valor de varios años de alquiler. No es posible conocerles, por lo que se añade una prima de riego. Esta aleja aún más a los inquilinos normales lo que aumenta la prima, etcetera.
Una lista consultable por los caseros de los morosos por este tipo de actos reduciría el problema.