El periódico de mayor tirada de Asturias dedica un espacio relevante a comentar mi artículo de opinión en el libro Asturias 2006 del BBVA.
Es curioso el impacto que tiene una opinión basada en el uso de principios básicos de economía que se pueden encontrar en cualquier libro introductorio a la materia.
La Nueva España, 19 de Diciembre de 2007
Huerna: lo barato sale caro
La supresión total del peaje es, según el estudio del BBVA sobre Asturias, «la peor» solución para aplicar en la autopista frente a «la mejor» de una rebaja general
Oviedo, E. L. La supresión total del peaje del Huerna no sólo es una promesa electoral del PSOE que lleva camino de quedar incumplida sino que, además, es la «peor opción» posible para abaratar a los asturianos el uso de la principal infraestructura viaria de comunicación con la Meseta. Este último argumento lo defiende Carlos Arias Sampedro, profesor de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de León, en el estudio sobre Asturias editado por BBVA y presentado el lunes en Oviedo. Carlos Arias considera que, desde el punto de vista del coste y el beneficio para los ciudadanos, «la mejor manera» de abordar la promesa electoral del «rescate» del peaje es aplicar una reducción del precio para todos los usuarios. Ésta es precisamente la medida que el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero prevé anunciar antes de finales de año. El análisis que Carlos Arias hace sobre el peaje del Huerna toma como presupuesto que, en todo el debate público generado en torno a esta promesa socialista, «los detalles financieros de la supresión del peaje no han sido explicados con detalle». Este profesor de la Universidad de León cree que ha existido una «ausencia total de opiniones críticas derivadas de un análisis detallado de todas las implicaciones de la propuesta». Arias asume la tarea de hacer esa interpretación crítica y concluye que la supresión total del peaje «no hará que la autopista sea gratuita sino que dejará de ser pagada por los usuarios para pasar a ser costeada por los contribuyentes a través de un aumento de impuestos o conducirá a la reducción de otros servicios de que disfrutaban con anterioridad». Esta argumentación se sustenta en que «la empresa concesionaria ha mencionado en alguna ocasión la cifra de 1.300 millones de euros de coste para la eliminación del peaje» y en que «adicionalmente habría que hacerse cargo del mantenimiento de una compleja infraestructura viaria de alta montaña». Los gastos de explotación del Huerna en 2003, según apunta Arias, fueron de «casi 17 millones de euros». En el artículo incluido en el estudio de la Fundación BBVA sobre Asturias, el economista también analiza la rebaja del peaje del 30 por ciento para los transportistas, medida que el Gobierno central adoptó en febrero de 2006. Este profesor de Fundamentos del Análisis Económico lo considera un método de dudosa efectividad «como política industrial o de rentas». «No queda claro cuáles son los problemas del grupo al que se intenta favorecer (los transportistas) y en qué medida la eliminación del peaje contribuye a resolverlos. Simplemente, se les hace unas transferencia de recursos que, por supuesto, no rechazan». En su defensa de una rebaja general del peaje como el método idóneo para actuar en el Huerna, Carlos Arias subraya que «las reducciones en el peaje pueden aumentar el bienestar de los usuarios sin hacer pagar a los no usuarios y sin reducir los ingresos de la empresa concesionaria», puesto que se elevaría el número de usuarios. «El cálculo de peaje óptimo que puede producir estos resultados no es sencillo, pero es factible», añade. Carlos Arias, en otra parte de su análisis, considera que «para algunas reducciones de peaje no sería necesario compensar a la empresa que gestiona la autopista», dado ese incremento posible del número de usuarios atraídos por la rebaja. Equilibrio territorial Aunque el análisis de las medidas a tomar en el peaje del Huerna se ciñen al enfoque coste-beneficio, Arias también comenta «uno de los argumentos a favor de la supresión del peaje», el de la «equidad territorial». «La idea es que no es justo que algunas comunidades tengan vías de alta capacidad gratuitas y otras no. Sin embargo, la lógica del argumento puede volverse en contra de Asturias. Si se llega a aplicar, es de esperar que desencadene una serie de peticiones en cascada por las comunidades que tengan menos dotación de cualquier otro servicio público subvencionado por el Estado. Por tanto, parece que la aplicación de este criterio llevaría a la igualdad del gasto público entre regiones (ponderado por el número de habitantes o un criterio similar). Esto podría hacer que las peticiones asturianas de aumentar la dotación de infraestructuras sin peaje se viesen limitadas por la cuantía actual de gasto público por habitante. Por tanto, estos temas tienen que ser pensados en un contexto de recursos escasos con usos alternativos, no en un mundo imaginario donde todas las peticiones pueden ser atendidas sin dificultad». Carlos Arias no sólo rechaza la supresión total del peaje sino que, además, advierte de que el futuro camina precisamente en dirección contraria: «No es descabellado pensar que la igualación entre zonas geográficas se produzca por una extensión de los peajes en vez de por la supresión de éstos. La reducción de la congestión de tráfico requerirá un pequeño peaje en cada zona de carretera congestionada cuya cuantía puede depender del día y la hora. La evidencia más cercana de esa tendencia la tenemos en el pago de aparcar por la calle».
Huerna: lo barato sale caro
La supresión total del peaje es, según el estudio del BBVA sobre Asturias, «la peor» solución para aplicar en la autopista frente a «la mejor» de una rebaja general
Oviedo, E. L. La supresión total del peaje del Huerna no sólo es una promesa electoral del PSOE que lleva camino de quedar incumplida sino que, además, es la «peor opción» posible para abaratar a los asturianos el uso de la principal infraestructura viaria de comunicación con la Meseta. Este último argumento lo defiende Carlos Arias Sampedro, profesor de Fundamentos del Análisis Económico de la Universidad de León, en el estudio sobre Asturias editado por BBVA y presentado el lunes en Oviedo. Carlos Arias considera que, desde el punto de vista del coste y el beneficio para los ciudadanos, «la mejor manera» de abordar la promesa electoral del «rescate» del peaje es aplicar una reducción del precio para todos los usuarios. Ésta es precisamente la medida que el Gobierno socialista de Rodríguez Zapatero prevé anunciar antes de finales de año. El análisis que Carlos Arias hace sobre el peaje del Huerna toma como presupuesto que, en todo el debate público generado en torno a esta promesa socialista, «los detalles financieros de la supresión del peaje no han sido explicados con detalle». Este profesor de la Universidad de León cree que ha existido una «ausencia total de opiniones críticas derivadas de un análisis detallado de todas las implicaciones de la propuesta». Arias asume la tarea de hacer esa interpretación crítica y concluye que la supresión total del peaje «no hará que la autopista sea gratuita sino que dejará de ser pagada por los usuarios para pasar a ser costeada por los contribuyentes a través de un aumento de impuestos o conducirá a la reducción de otros servicios de que disfrutaban con anterioridad». Esta argumentación se sustenta en que «la empresa concesionaria ha mencionado en alguna ocasión la cifra de 1.300 millones de euros de coste para la eliminación del peaje» y en que «adicionalmente habría que hacerse cargo del mantenimiento de una compleja infraestructura viaria de alta montaña». Los gastos de explotación del Huerna en 2003, según apunta Arias, fueron de «casi 17 millones de euros». En el artículo incluido en el estudio de la Fundación BBVA sobre Asturias, el economista también analiza la rebaja del peaje del 30 por ciento para los transportistas, medida que el Gobierno central adoptó en febrero de 2006. Este profesor de Fundamentos del Análisis Económico lo considera un método de dudosa efectividad «como política industrial o de rentas». «No queda claro cuáles son los problemas del grupo al que se intenta favorecer (los transportistas) y en qué medida la eliminación del peaje contribuye a resolverlos. Simplemente, se les hace unas transferencia de recursos que, por supuesto, no rechazan». En su defensa de una rebaja general del peaje como el método idóneo para actuar en el Huerna, Carlos Arias subraya que «las reducciones en el peaje pueden aumentar el bienestar de los usuarios sin hacer pagar a los no usuarios y sin reducir los ingresos de la empresa concesionaria», puesto que se elevaría el número de usuarios. «El cálculo de peaje óptimo que puede producir estos resultados no es sencillo, pero es factible», añade. Carlos Arias, en otra parte de su análisis, considera que «para algunas reducciones de peaje no sería necesario compensar a la empresa que gestiona la autopista», dado ese incremento posible del número de usuarios atraídos por la rebaja. Equilibrio territorial Aunque el análisis de las medidas a tomar en el peaje del Huerna se ciñen al enfoque coste-beneficio, Arias también comenta «uno de los argumentos a favor de la supresión del peaje», el de la «equidad territorial». «La idea es que no es justo que algunas comunidades tengan vías de alta capacidad gratuitas y otras no. Sin embargo, la lógica del argumento puede volverse en contra de Asturias. Si se llega a aplicar, es de esperar que desencadene una serie de peticiones en cascada por las comunidades que tengan menos dotación de cualquier otro servicio público subvencionado por el Estado. Por tanto, parece que la aplicación de este criterio llevaría a la igualdad del gasto público entre regiones (ponderado por el número de habitantes o un criterio similar). Esto podría hacer que las peticiones asturianas de aumentar la dotación de infraestructuras sin peaje se viesen limitadas por la cuantía actual de gasto público por habitante. Por tanto, estos temas tienen que ser pensados en un contexto de recursos escasos con usos alternativos, no en un mundo imaginario donde todas las peticiones pueden ser atendidas sin dificultad». Carlos Arias no sólo rechaza la supresión total del peaje sino que, además, advierte de que el futuro camina precisamente en dirección contraria: «No es descabellado pensar que la igualación entre zonas geográficas se produzca por una extensión de los peajes en vez de por la supresión de éstos. La reducción de la congestión de tráfico requerirá un pequeño peaje en cada zona de carretera congestionada cuya cuantía puede depender del día y la hora. La evidencia más cercana de esa tendencia la tenemos en el pago de aparcar por la calle».
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