jueves, enero 24, 2008

Taxis: un nuevo analisis

Algunos agentes en la regulación del taxi son:

Los usuarios

El precio hace que se considere un servicio de carácter totalmente excepcional. No tengo claro que constituya un sustitutivo o un complemento a otros medios de transporte urbano.

Los taxistas
Uno de los problemas del análisis es que es fácil confundir dos papeles que frecuentemente coinciden en la misma persona física.

El dueño de la Licencia

La licencia es un activo. De hecho, es tan necesaria como el coche para poder proporcionar este servicio. ¿Cuánto vale este activo?
Imaginemos que un taxi deja un beneficio anual de 5 unidades monetarias. Este beneficio lleva descontados todos los costes imaginables incluyendo el sueldo del conductor, aunque éste sea el mismo dueño de la Licencia.
Un individuo buscando oportunidades de inversión se entera de que hay una licencia de taxi a la venta por 120 unidades. El tipo de interés del momento es del 5%. Si pone las 120 unidades en el banco le dan un rendimiento de 6. Por tanto, la Licencia no es una inversión atractiva y su precio debería bajar antes de que alguien la compre. Por el contrario, si se pone a la venta por 80 unidades, ese dinero en el banco le da un rendimiento de 4 y la licencia le da un beneficio de 5. En este caso, habría bastantes inversores interesados en la Licencia y su precio subiría. El equilibrio se consigue cuando la Licencia valga exactamente 100 y de un rendimiento de 5.
Este resultado no es una gran noticia para el taxista dueño de una Licencia. Cuando se pone el sombrero de inversor no puede esperar un gran rendimiento. Hay dos excepciones a este resultado:

1. Que se aumente el número de Licencias y que te adjudiquen una gratis. En este caso, te han hecho un regalo. No me consta que esto ocurra en los taxis pero Gloria Carrasco, la Decana del Colegio de Farmacéuticos de León, me ha confirmado que esto ocurre con las nuevas Farmacias en Castilla y León.

2. Que se cancelen Licencias, aumente la cantidad demanda sin variar el precio, aumente el beneficio del taxi y el precio de la Licencia.

En general, un taxista rico (sin deudas) tendrá un rendimiento razonable pero no grandioso de la Licencia. Sin embargo, un taxista pobre (con deudas) tendrá un problema más grave. El beneficio del Taxi sólo da para pagar los intereses del prestamo que tomó para comprar la Licencia. Por tanto, la devolución tiene que hacerla con cargo a su salario como conductor. Lo que nos lleva al último actor de este drama…

El conductor del taxi
El conductor del taxi no puede aspirar a ganar mucho dinero. La gran mayoría de personas mayores de dieciocho años saben conducir y supongo que con un esfuerzo moderado pueden conseguir ampliar el carné para conducir un taxi. Si el salario fuese más alto que en otras ocupaciones con la misma penosidad habría cientos de candidatos dispuestos a trabajar por un poco menos de ese salario.


La relación entre el salario del conductor y el beneficio del dueño de la Licencia (aunque sean la misma persona) se puede intuir con un ejemplo. Imaginad que para conducir un taxi se necesite un super-carné. Este carné requiere pasar unas pruebas físicas como las de un piloto de línea aérea y una prueba de conducción bajo circunstancias extremas en el circuito de Jerez. En este caso sería muy difícil encontrar conductores y su sueldo sería muy alto. Sin embargo, el beneficio del taxi se reduciría y, por tanto, también el precio de la Licencia.


El resultado de la regulación es:
1. Consumidores que carecen de un buen servicio a un precio razonable.
2. Personas que invierten en la Licencia y que obtienen un rendimiento similar al de un activo sin riesgo.
3. Trabajadores que cobran el sueldo que cobrarían en cualquier otro sitio haciendo un trabajo parecido.
4. Trabajadores que se ven obligados a ahorrar una parte importante de su magro salario para pagar la Licencia.

La pregunta es ésta: ¿Para qué sirven entonces las Licencias?

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