domingo, febrero 17, 2008

Lloriana 2

Mi interés por el Presidente de HIASA se debe a mi amistad con un familiar suyo.

Algunos comentarios de la entrevista.

Mi familia era una de esas de aldea, con algunas vacas, algunas tierras y mucha hambre porque ricos entonces había pocos.

A mi me resulta un poco más fácil que a mis alumnos darme cuenta del nivel de pobreza y desigualdad del que venimos. Yo viví los coletazos de esta manera de vivir cuando era un niño en los años setenta en Avilés, Gijón y la comarca occidental de los Oscos.

Soy el noveno y último de mi familia, porque mi madre falleció en el parto. Tenía 37 años.

Impresionante. Exactamente igual que mi bisabuela. Algo que hoy consideramos impensable.

Cogíamos un carro e íbamos al mercado a Avilés a vender repollos, huevos para que mi hermana Flora pudiera traer aceite y esas cosas que nos faltaban.


Un compañero de Doctorado, John Okidi, me contaba como antes de ir a la ciudad (no recuerdo si era Kampala) a la escuela secundaria pasaba por el mercado a vender productos agrícolas para tener algo de dinero para la semana. Yo creo que John es un gran especialista en Desarrollo tanto por su preparación técnica como por su conocimiento de primera mano de la pobreza en el mundo en desarrollo.
Mi abuela era una forofa declarada de la globalización. Cuando era una mujer joven caminaba los treinta quilómetros que hay entre Villanueva de Oscos y Vegadeo para vender algunos productos agrícolas. Si el día se daba mal, a medida que pasaban las horas había que bajar el precio para no tener que tirar el producto. La aparición regular de un comerciante de Oviedo (160 km) con un camión cambió totalmente la escena económica. El comerciante podía pagar un poco más por los productos y llevárselos inmediatamente a Oviedo. Los habitantes de Vegadeo tenían que pagar tanto como él o quedarse sin los productos. Aquel camión abrió una conexión entre el mercado de Vegadeo y el de Oviedo con gran ventaja para mi abuela.

- Nos enseñó la regla de tres. ¿Sabe lo que es la regla de tres?
-Más o menos.
El fracaso ecolar está tan asumido por todos que Don Manuel se permite esta broma con el periodista y el periodita la acepta como normal.
Para los despitados, la regla de tres es un rudimentario algoritmo para el tratamiento de fenómenos lineales. Es decir, aquellos casos en que se mantiene siempre la proporcionalidad entre causa y efecto. Puede dar lugar a grandes disgustos si el fenómeno que se trata de analizar no es lineal.

-En 1951 me compré el primero mío, para llevar áridos de toda clase. -Era cuando Ensidesa se estableció en Avilés. -
Avilés es un sitio fantástico para ver fenómenos económicos en vivo y en directo. En los años cuarenta era una adormecida villa. En los años siguientes multiplico por más de 10 su población. Los trabajadores venían de toda España y vivían en barracones o se desplazaban en rudimentarios autobuses desde decenas de kilómetros.
La escasez evidente de vivienda se solucionaba:
1. Viniendo a trabajar hombre solos.
2. Compartiendo el espacio existente: habitaciones con derecho a cocina, alquiler de establos, pajares, etc.
3. Contruyendo barrios enteros.
Es decir, con soluciones a muy corto, corto y largo plazo.

El año pasado celebramos Nieves y yo las bodas de oro. Nos casamos en Pravia, ¿sabe? Era sábado. Esa noche la pasamos en Oviedo. Y también el domingo. El lunes mi mujer cogió el tren de vuelta a Pravia y yo el de Avilés, a coger el camión. Había que trabajar. -¡Vaya viaje de novios! -Ya la resarcí. Muchas veces. -Dicen que no para de trabajar. -Todavía duermo poco, entonces, ni cuatro horas. Cuando vivíamos en Peñaullán menos todavía. Dejaba el camión en Avilés y a las diez y media cogía el tren para casa. A las seis ya estaba de vuelta. Cuando los camiones mejoraron dormíamos en la cabina.
No hay ganancia sin esfuerzo ( no pain no gain).
-¿Cómo se arregla con lo de los idiomas? -Escuchando bien no hace falta saber idiomas.
Aunque algún alumno mío piense lo mismo, yo discrepo. Es verdad que hay otras cualidades además de los idiomas pero:
i. Considero muy difícil tratar con proveedores y clientes si no se dominan.
ii. Se puede llegar a un determinado punto sin dominarlos pero se llegaría mucho más lejos con un cierto dominio.

No hay comentarios: