martes, febrero 19, 2008

La columna mensual de Javi

La rentabilidad de un click
JAVIER GARCÍA ÁLVAREZ

Con un click podemos leer los periódicos de cualquier lugar, reservar un viaje de negocios o de placer, pagar nuestros impuestos o comunicarnos a coste cero. El click es el acto final de lo que se conoce como las nuevas tecnologías de la información y comunicación, también llamadas TIC. Su impacto es tan importante y aborda tantos ámbitos que llevamos tiempo hablando de la nueva economía o de la economía digital.

El uso intensivo de las TIC ha generado cambios en la manera de divertirse, de trabajar, en la organización de las empresas y las administraciones públicas, cambios en la comunicación y nuevas formas de comprar y vender. Las nuevas tecnologías permiten crear, manipular, organizar, transmitir, almacenar y gestionar de manera ágil, flexible y, sobre todo, a coste muy bajo, en ocasiones casi cero, la información.

Los usuarios de las nuevas tecnologías aprovechan mucho mejor su tiempo, ahorran dinero en sus compras, encuentran información de cualquier cosa que les interese y pueden comunicarse con otras personas en el mundo con mucha facilidad. Esto es lo que está haciendo que crezcan con fuerza negocios vinculados a las TIC. De hecho, el sector supone ya el 5,74% del PIB de la UE y el 3,4% del empleo, según los datos del observatorio europeo de las tecnologías de la información (www.eito.com). En el caso de España, supone el 4,6% del PIB y genera el 2,9% del empleo, y las ventas por internet se han multiplicado por 5 desde 2002 hasta la actualidad, cuando ya superan los 2.700 millones de euros. Por otro lado, Asturias es un ejemplo de crecimiento en el sector y en el uso de las TIC. La comunidad autónoma ha pasado de tener un sector prácticamente residual a que en los últimos siete años el número de empresas se haya duplicado e incluso aloje empresas multinacionales punteras en esta actividad. El cluster TIC, que aglutina a las principales empresas del sector, aunque no a todas, ya da empleo a casi 3.000 personas y factura 200 millones de euros (La Nueva España, 31/12/2007).

Las TIC son mucho más que internet y que los negocios «puntocom» e internautas. Y es que las empresas de cualquier sector pueden, y lo están haciendo cada vez más, aprovecharse de las nuevas tecnologías. Ante esto también se habla de problemas, de retos, de cambios constantes asociados a la nueva economía. Las empresas de cualquier sector se enfrentan al reto de tener clientes cada vez más informados y exigentes, lo que está acelerando la competencia entre ellas en los distintos sectores, además de ofrecer nuevas oportunidades de negocio. La competencia suele estar asociada a productividad y a eficiencia, porque las incentiva a innovar y a usar herramientas para mejorar su gestión interna.

Esto se pone de manifiesto en el observatorio público europeo que mide el impacto de las TIC en los negocios (www.ebusiness-watch.org), donde se sintetizan múltiples ejemplos de aplicaciones de las nuevas tecnologías en 27 ramas de actividades, desde la agricultura a las telecomunicaciones. En Asturias existen empresas que están trabajando en proyectos muy innovadores en el ámbito de nuevas tecnologías. Dos ejemplos: el primero está vinculado a usos de lo que se conoce como la identificación por radiofrecuencia (más conocido como RFID), que va a permitir, entre otras muchas cosas, poder ir a comprar a un supermercado y no tener que sacar las cosas en caja para pagar, puesto que al pasar el carrito de la compra por un lector de radiofrecuencia la cajera sabrá qué has comprado y su importe. El segundo ejemplo es hacer que los automóviles incorporen tecnologías para comunicarse en tiempo real, pudiendo ir por la ruta con menor atasco o avisando al 112 si hay siniestro, facilitando antes de su llegada datos que nos pueden salvar la vida (hora, lugar, modelo del vehículo, etcétera).

La otra gran pata de las TIC tiene que ver con la gestión de la información. Las empresas generan muchos datos. Es aquí donde informática y empresa, como disciplinas, dejan de ser independientes y pasan a ser una misma cosa. Todo lo que pasa en la empresa, desde lo más básico hasta la relación última con el cliente, puede aportar información valiosa que hay que analizar para mejorar y llegar a más clientes, que son los que tienen una disposición a pagar por los productos o servicios que se venden. Pero organizar esa información no es tarea fácil, y averiguar lo que quieren los clientes, tampoco. En cambio, muchas veces el éxito de la gestión reside precisamente en eso. Así, por ejemplo, una de las tareas más estratégicas de un gigante como Google la lleva a cabo un equipo de matemáticos y economistas liderado por Hal Varian, un clásico en Economía. Tal como comentaba en una entrevista en «The Wall Street Journal», su trabajo consiste en analizar los datos de los usuarios de Google -millones a la hora- para saber cuándo hacen click y por qué. Sabiendo sus preferencias, Google no sólo trata de mejorar sus servicios -encontrar la información deseada en el menor tiempo posible-, sino que también puede ofrecer una publicidad casi a la carta a los internautas, principal fuente de ingresos de la compañía.
¿El uso de las TIC es la solución a la competitividad empresarial? Responder a esta pregunta es clave, pero resulta compleja de abordar. Las empresas no van a innovar más, ni hacer mejor las cosas por disponer de una conexión a internet, unos ordenadores muy potentes o programas sofisticados para la gestión empresarial, si no saben qué hacer con todas estas herramientas. Esto, que parece una obviedad, tiene consecuencias nada desdeñables. Dos profesoras de la Universidad de Zaragoza han publicado los resultados de una investigación reciente -en la revista «Journal of Information Technology Impact»- con 1.225 empresas españolas, donde nos dan las claves del éxito (o fracaso) de las TIC. Sólo en las empresas donde se observa una buena formación de la plantilla y una dirección proactiva en ámbitos de tecnologías la rentabilidad de las inversiones en TIC es significativamente elevada, entre 3 y 5 veces superior a otras inversiones.
En definitiva, las oportunidades que brindan las TIC no son obvias, ni cualquier empresa puede aprovecharse de ellas. La clave del éxito radica en combinar una sólida política de formación continua en todos los niveles (ocupacional, desempleados, empresarios) con una mentalidad abierta a los cambios, al riesgo, a interactuar y a navegar en las oportunidades tecnológicas. El reto como sociedad pasa por generar los instrumentos necesarios para que los empresarios y los ciudadanos obtengan la mayor rentabilidad posible con un solo click.

Javier García Álvarez es economista y director del Instituto CIES

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