sábado, diciembre 29, 2007

La influencia de un profesor


Antonio Alvarez y un servidor en Bruselas consultando una duda de estimación por máxima entropía con Quirino Paris (sentado).



Un prestigioso catedrático de economía me contó en una ocasión que cursó los cinco años de la Licenciatura en Ciencias Económicas sin que ningún profesor o alumno hablase realmente de economía. Según su propia versión, su primer encuentro con la economía tuvo lugar en la Universidad de Oxford ya camino de la treintena. Por suerte, yo sólo tuve que esperar un año para que Antonio Álvarez Pinilla fuese mi profesor de Microeconomía.

Este año, Antonio invitó a un grupo de antiguos alumnos a un aperitivo en una céntrica sidrería Ovetense. En la reunión de este año había un impresionante grupo de economistas repartidos por el mundo. Entre los asistentes a la invitación de Antonio se encontraban:

Manolo Campa, IESE.
Marta Menéndez Rodríguez-Vigil, Universidad de Paris-Dauphine .
Manuel Fernández Bagüés, Universidad Carlos III.
Angel Gavilán, Banco de España.
Carlos Luis Aparicio Roqueiro, Director General de Economía del Principado de Asturias.
Javier García, Instituto CIES.
Abel Fernández, Gabinete del Consejero de Economía del Principado de Asturias.
Faltaban, entre otros, Diego García de la Universidad de Carolina del Norte y Jonás Fernández de Solchaga, Recio y Asociados.

Algunos fueron también mis alumnos en Oviedo y les pedí que escribiesen un párrafo para mi página web describiendo su actividad profesional.

Antonio tiene la capacidad de animar a pensar en términos económicos y apoyar a las personas en que detecte un interés por la economía. Además, desde este apartado rincón del mundo logra publicar en revistas científicas internacionales y ser editor de una de ellas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Oyendo de hablar de Antonio Pinilla en este blog es como si se hablara del profesor Keating en "El Club de los Poetas Muertos".

Tengo el "honor" de que Antonio Pinilla me haya dado clase de Microeconomia y la verdad que no tiene gran capacidad pedagogica.

Recuerdo que si que tenia gran capacidad para segregar los alumnos y rodearse de unos cuantos elegidos.

Creo que un buen profesor no es solamente aquel que influye a su guardia pretoriana, deberia de saber llegar y transmitir a la inmensa mayoria de su clase y eso nunca lo consiguio.

Carlos Arias dijo...

Es una lástima que este comentario llegue con tres años de retraso. Me parece muy interesante pero va a tener poca audiencia.
No sé a qué periodo te refieres.
En mis tiempos (1984-85), Antonio impartía Microeconomía con un programa, contenidos y enfoque parecidos a los de una universidad americana. Tenía 28 años con todo lo que ello implica.
Mientras Antonio tomaba ese camino difícil otros profesores tomaban otros. Por ejemplo, el dictado y memorización de apuntes. ¿No había libros? ¿No había fotocopias? ¿No tenían nada mejor que hacer en el tiempo de clase? Otra opción era dedicar la hora de clase a dar mitines que avergonzarían hoy a Izquierda Unida. Loas exageradas a Cuba y a la extinta Unión Soviética en los días previos a su colapso.
Me gustaría que pusieses un ejemplo de profesor con buena capacidad pedagógica. Yo llevo más de tres lustros intentando mejorar con resultados desiguales y me gusta esta discusión. Gracias por tu comentario.