La asignatura de Crecimiento Económico está llegando a su fin. Hemos dedicado bastante tiempo al análisis detallado del modelo de Solow y, llegado este momento, creo que merece la pena hacer algunos comentarios sobre este modelo.
El primer comentario es que no hay conocimiento económico generado fuera de los modelos. Si el modelo sabe a poco es tarea de las nuevas generaciones llevarlo al siguiente estadio.
El segundo comentario es que la fina inteligencia de Robert Solow consigue resultados espectaculares haciendo una distinción clara entre acumular más máquinas y disponer de máquinas más sofisticadas (alternativamente, técnicas o instituciones). Es decir, entre la acumulación de capital y el cambio técnico.
Esta aparentemente intrascendente distinción permite desmontar uno de los mitos fundamentales del crecimiento y desarrollo económico: el papel causal de la inversión. Cualquier proceso de crecimiento tiene que ir acompañado de un proceso de inversión. Pero, realmente, la inversión es un síntoma del crecimiento económico y no su causa. Por tanto, un programa de inversión "forzada" no conduce necesariamente a un proceso de crecimiento sostenido. Sin embargo, el cambio técnico si es una causa fundamental del crecimiento ya que, manteniendo constantes todos los demás factores aumenta el rendimiento y, por tanto, fomenta la inversión. Este resultado no parece estar en la caja de herramientas de los gestores de política económica que aparecen en los medios de comunicación pidiendo más invérsión para sus territorios.
El tercer comentario es que el modelo de Solow obliga a reflexionar sobre la naturaleza del cambio técnico. En su versión más mundana el cambio técnico se igualaría a tener máquinas cada vez más sofisticadas: azadas, arados, tractores … El siguiente escalón de sofisticación sería entender el cambio técnico como el surgimiento de determinadas ideas que permiten combinar los recursos de manera más ventajosa. El último escalón sería incluir en este concepto las instituciones políticas y sociales de un territorio. Es decir, entender que hay instituciones que permiten producir más con unos determinados recursos que otras. Por ejemplo, la seguridad jurídica y un sistema judicial ágil y efectivo.
Mi ordenación de los escalones en la definición del cambio técnico dependen de la dificultad de su implantación. En palabras llanas, cualquiera puede comprar una máquina en Estados Unidos y llevarla al país más pobre de la tierra aunque algunos gobiernos ponen impedimentos incluso a esta sencilla tarea. Un poco más difícil es que el país disponga del nivel educativo y los incentivos que permitan que las ideas se generen y se apliquen. La razón es que no es evidente como crear, promocionar o diseñar instituciones económicas, políticas y administrativas que fomenten la innovación.
Esta reflexión debería hacer pensar a los gestores de política económica. Salvadas las restricciones presupuestarias, no es difícil aumentar en casi cualquier porcentaje el gasto en investigación y desarrollo. Sin embargo, no es lo mismo aumentar el gasto en esta partida que conseguir que la innovación sea una parte sustancial del proceso productivo.
El primer comentario es que no hay conocimiento económico generado fuera de los modelos. Si el modelo sabe a poco es tarea de las nuevas generaciones llevarlo al siguiente estadio.
El segundo comentario es que la fina inteligencia de Robert Solow consigue resultados espectaculares haciendo una distinción clara entre acumular más máquinas y disponer de máquinas más sofisticadas (alternativamente, técnicas o instituciones). Es decir, entre la acumulación de capital y el cambio técnico.
Esta aparentemente intrascendente distinción permite desmontar uno de los mitos fundamentales del crecimiento y desarrollo económico: el papel causal de la inversión. Cualquier proceso de crecimiento tiene que ir acompañado de un proceso de inversión. Pero, realmente, la inversión es un síntoma del crecimiento económico y no su causa. Por tanto, un programa de inversión "forzada" no conduce necesariamente a un proceso de crecimiento sostenido. Sin embargo, el cambio técnico si es una causa fundamental del crecimiento ya que, manteniendo constantes todos los demás factores aumenta el rendimiento y, por tanto, fomenta la inversión. Este resultado no parece estar en la caja de herramientas de los gestores de política económica que aparecen en los medios de comunicación pidiendo más invérsión para sus territorios.
El tercer comentario es que el modelo de Solow obliga a reflexionar sobre la naturaleza del cambio técnico. En su versión más mundana el cambio técnico se igualaría a tener máquinas cada vez más sofisticadas: azadas, arados, tractores … El siguiente escalón de sofisticación sería entender el cambio técnico como el surgimiento de determinadas ideas que permiten combinar los recursos de manera más ventajosa. El último escalón sería incluir en este concepto las instituciones políticas y sociales de un territorio. Es decir, entender que hay instituciones que permiten producir más con unos determinados recursos que otras. Por ejemplo, la seguridad jurídica y un sistema judicial ágil y efectivo.
Mi ordenación de los escalones en la definición del cambio técnico dependen de la dificultad de su implantación. En palabras llanas, cualquiera puede comprar una máquina en Estados Unidos y llevarla al país más pobre de la tierra aunque algunos gobiernos ponen impedimentos incluso a esta sencilla tarea. Un poco más difícil es que el país disponga del nivel educativo y los incentivos que permitan que las ideas se generen y se apliquen. La razón es que no es evidente como crear, promocionar o diseñar instituciones económicas, políticas y administrativas que fomenten la innovación.
Esta reflexión debería hacer pensar a los gestores de política económica. Salvadas las restricciones presupuestarias, no es difícil aumentar en casi cualquier porcentaje el gasto en investigación y desarrollo. Sin embargo, no es lo mismo aumentar el gasto en esta partida que conseguir que la innovación sea una parte sustancial del proceso productivo.
1 comentario:
Según esta entrada basada en Solow, es muy importante la innovación pero, siempre unida a un buen nivel educativo.
En mi humilde opinión, la base de todo país ha de ser, eso, la educación...
Conclusión: Por mucho que se creen ministerios de I+D (conste que me parece bien); ¿no deberían preocuparse más de conseguir una buena educación en el territorio? No quiero acordarme del Informe Pisa... tanta LOE,Logse, etc!
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