"Going postal" es una expresión que empezó a usarse en Estados Unidos en los años noventa. Se refiere a un cartero que se levanta a las tres de la mañana, clasifica diez mil cartas, camina por la nieve, se mete en un atasco, le persiguen los perros, le atacan los delincuentes y cuando vuelve a la oficina de correos le riñe el jefe por la tardanza. Un día por una razón aparentemente poco importante agarra el fusil de asalto que tiene debajo de la cama y empieza a pegar tiros indiscriminadamente en la oficina de correos, en el barrio, en el bar y en el Ayuntamiento.
La escena se repite en Estados Unidos con cierta frecuencia pero lo que era peculiar en aquella época era el protagonismo de los trabajadores de correos. Se empezó a pensar que las condiciones de vida son uno de los factores explicativos de este triste fenómeno.
El caso es que el miércoles estuve a punto de "Going Postal". Yo tengo la sana y ecológica costumbre de caminar. Cuando lo hago veo como pasan por la carretera conocidos defensores del medioambiente a lomos de sus gigantescos coche todoterreno. Yo no tengo mayor problema con los últimos sino estuviesen conducidos por los primeros. Normalmente, me ignoran o me miran con superioridad cuando camino pero es que el miércoles uno de ellos se sorprendió tanto de verme caminar (soy practicamente el único de la universidad que lo hace) que se quedó mirando para mí y casi me atropella. Seguí caminando y la cosa no mejoró. Resulta que el Ayuntamiento y la Universidad sostenibles (eso se decía en todos los programas electorales) parece que consiste en regar las aceras. Durante toda la mañana decenas de aspersores que nadie vigila tiran metro cúbico tras metro cúbico de agua. Cerca de la Facultad de Veterinaria había un tubo de unos diez centímetros de diámetro tirando el agua directamente a una alcantarilla. Por tanto, me encuentro:
1. Con las distintas administraciones gastando mi dinero para convencerme de que modere mi consumo de agua (recuerdo a todo el mundo que la agricultura gasta el 80% del total y la industria no es manca).
2. Las mismas administraciones tirando el agua con mi dinero.
Esto no se sale de lo común. El fusible casi salta cuando para tratar de esquivar un aspersor que regaba generosamente la acera me metí en el radio de acción de otro. El resultado fue una mojadura total para empezar el día. Ese fue el momento en que estuve a punto de "going postal". Afortunadamente, yo no tengo el fusil de asalto debajo de la cama y a predradas no es lo mismo.
La escena se repite en Estados Unidos con cierta frecuencia pero lo que era peculiar en aquella época era el protagonismo de los trabajadores de correos. Se empezó a pensar que las condiciones de vida son uno de los factores explicativos de este triste fenómeno.
El caso es que el miércoles estuve a punto de "Going Postal". Yo tengo la sana y ecológica costumbre de caminar. Cuando lo hago veo como pasan por la carretera conocidos defensores del medioambiente a lomos de sus gigantescos coche todoterreno. Yo no tengo mayor problema con los últimos sino estuviesen conducidos por los primeros. Normalmente, me ignoran o me miran con superioridad cuando camino pero es que el miércoles uno de ellos se sorprendió tanto de verme caminar (soy practicamente el único de la universidad que lo hace) que se quedó mirando para mí y casi me atropella. Seguí caminando y la cosa no mejoró. Resulta que el Ayuntamiento y la Universidad sostenibles (eso se decía en todos los programas electorales) parece que consiste en regar las aceras. Durante toda la mañana decenas de aspersores que nadie vigila tiran metro cúbico tras metro cúbico de agua. Cerca de la Facultad de Veterinaria había un tubo de unos diez centímetros de diámetro tirando el agua directamente a una alcantarilla. Por tanto, me encuentro:
1. Con las distintas administraciones gastando mi dinero para convencerme de que modere mi consumo de agua (recuerdo a todo el mundo que la agricultura gasta el 80% del total y la industria no es manca).
2. Las mismas administraciones tirando el agua con mi dinero.
Esto no se sale de lo común. El fusible casi salta cuando para tratar de esquivar un aspersor que regaba generosamente la acera me metí en el radio de acción de otro. El resultado fue una mojadura total para empezar el día. Ese fue el momento en que estuve a punto de "going postal". Afortunadamente, yo no tengo el fusil de asalto debajo de la cama y a predradas no es lo mismo.
2 comentarios:
jajaja.por aqui se dice going bananas!!!!
No me extraña lo que me cuentas. A mí también me pasa muy a menudo. Habrá que aprender a controlar los nervios. Pero me parece un atropello, encima sería agua potable y encima el 90% se evaporaría por el sol (digo la que se regaba). La ineficiencia de muchas de estas prácticas es increíble. Lo de los defensores del medio ambiente y sus contradicciones da par un libro (de hecho hay varios). Me entero estos días leyendo un reportaje en la prensa que los ecologistas están poniendo el grito en el cielo por los parques eólicos en el mar y en la montaña por el efecto visual. En fin, que uno no sabe a qué atenerse....
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