lunes, diciembre 17, 2007

Desviando la atención en un país de ignorantes: las propinas en el café


La prensa se hace eco de unas declaraciones del Ministro de Economía donde afirma que una parte del problema inflacionario español se debe a las dificultades de la gente para entender el valor de un euro. A continuación, puso como ejemplo la costumbre de dejar una propina de un euro al pagar dos cafés.
El primer problema de ignorancia es el de los periodistas, analistas políticos y público en general. De hecho, llevan varios días negando que la gente deje un euro de propina. Se habla de diez céntimos, cinco céntimos e incluso de una gran mayoría que no deja propina. Por tanto, al ser moderada la propina no afectaría a la inflación. Parece difícil llegar más lejos pero la ignorancia alcanza el paroxismo cuando, tratando de ser sofisticado, se hace un análisis diferencial: sólo habrían aumentado los precios si hubiese aumentado la propensión a dejar propina con la crisis económica.
Ante este lamentable estado de opinión se debería recordar que las propinas no son un bien que se tenga en cuenta para calcular el índice de precios al consumo (IPC). Por tanto, su cuantía no puede afectar al índice ni sus cambios a los cambios en el índice (inflación).
La única interpretación razonable del comentario del Ministro es que piense que los consumidores tienden a aceptar subidas relativamente importantes en productos de precio reducido al no ser capaces de evaluar correctamente el valor de los céntimos de euro. Sin embargo, si estos productos suponen una proporción relevante en la cesta de la compra los consumidores tendrían que darse cuenta más pronto que tarde. Es decir, les faltaría dinero para comprar otras cosas. Por el contrario, si estos productos no suponen una proporción relevante en la cesta los consumidores no lo notarían pero tampoco afectaría al IPC ya que la proporción del producto en la cesta de la compra determina el efecto de la subida del precio en el IPC. Por tanto, el Ministro no acierta aunque se haga un gran esfuerzo de interpretación de sus palabras.
Una explicación bastante perversa es que el Ministro, aprovechando la ignorancia sobre el tema, haya creado la absurda polémica sobre la cuantía de las propinas para desviar la atención sobre el grave problema de la inflación.

Paul Potts

En primer lugar un instante operístico. Si disponéis de unos minutos escuchad y, sobre todo, estudiad los detalles de este éxito de youtube:




Este video puede dar y ha dado ya lugar a infinidad de comentarios. Yo tengo un par de comentarios, como no, de índole económico.

El primer comentario se lo debo a Joaquín Lorences. En una deliciosa comida y charla en el restaurante Las Campanas de San Bernabé de Oviedo me sugirió que mirase este video. Joaquín me pidió que reflexionase sobre el siguiente hecho: los mercados perfectos de los modelos no deberían permitir que talentos como el de Paul Potts se desperdicien mientras vende teléfonos móviles. Debería estar cantando ópera y ganando mucho dinero mientras el mundo disfruta del producto que crea al cantar. Joaquín sugiere que la estructura del mercado dominado por unos pocos operadores (discográficas, televisiones, etc) conduce a un resultado ineficiente en el que se dejaba sin usar un recurso valioso: la voz de Paul Potts. En definitiva, el video de Paul en manos de Joaquín es una invitación a seguir estudiando economía más allá de los mercados perfectos que aparecen sobre la mitad del un curso de Microeconomía.

El segundo comentario se lo debo a los premios Nobel de Economía George Stigler (1982) y Gary Becker (1992). Estos hombres escribieron un artículo fantástico que lleva el enigmático título de “De gustibus non est disputandum”. El suegro de Victor Fernández Blanco lo traduce como “sobre gustos no hay nada escrito”.
En este artículo, Stigler y Becker reflexionan sobre el origen de determinadas decisiones de consumo en la que los gustos parecen tener más importancia que los precios o la renta. En concreto, se fijan en determinadas adiciones (tabaco, alcohol o drogas ilegales) pero también en la asistencia a la ópera. Resulta que una bajada del precio de los conciertos de opera puede tener un efecto para el público que acude habitualmente o que tiene un interés por este género musical pero difícilmente afectará a las personas cuyos gustos estén alejados de este género. Dar un papel tan relevante a las preferencias es muy problemático ya que llevado al límite todo se puede explicar por los gustos. Yo compro cordero porque me gusta y si más tarde dejo de comprarlo es porque me ha dejado de gustar. Este tipo de razonamientos económicos son frecuentes en las ruedas de prensa del conejo (perdón consejo) de ministros pero son claramente insatisfactorios para mentes inquisitivas. Stigler y Becker proponen un modelo en que las decisiones de consumo pasadas afectan a las presentes. Por tanto, en su modelo no todo se explica por los gustos. Las decisiones de cada momento se explican por los precios presentes y por las decisiones pasadas en las que los precios y la renta también jugaron un papel relevante. El ejemplo de la ópera se podría extender a la lectura tanto en cantidad como calidad, el visionado de televisión basura, etc. Sin embargo, la cara del público en el video sugiere que quizás no sea tan difícil modificar los gustos de la gente para que escuche opera y ganar mucho dinero haciéndolo.


martes, diciembre 04, 2007

Pésima divulgación científica


En clase de Microeconomía estamos concluyendo el bloque de teoría del consumo. Ricardo, un alumno de la clase, me muestra el siguiente artículo de Eduardo Punset en el XLSEMANAL del 2 de Diciembre de 2007. Hago fotocopias para toda la clase y me dispongo a hacer un comentario y escuchar los comentarios de los estudiantes.

Me permito algunos subrayados.

Los lectores preguntan a Eduardo Punset

¿Qué nos hace tomar decisiones?
Laura Novo. Madrid

No parece admisible que pretendamos saber tantas cosas sobre el universo que nos rodea y que, sin embargo, no sepamos por qué tomamos una decisión en lugar de otra. ¿Existe una explicación razonable de por qué elegimos a una persona como nuestra pareja y no a otra? ¿Hay algún principio que sustente la decisión de participar en un juego de azar en lugar de hacerle caso omiso? ¿Por qué nos casamos? ¿Por qué seguimos en un trabajo que no nos gusta? ¿Ha llegado el momento de tener un hijo? ¿Contesto al último e-mail?


Lo que estoy preguntando a los economistas y neurólogos es si existe una teoría de la toma de decisiones cotidianas que dé cuenta adecuadamente de nuestra conducta. Los economistas dijeron que sí hace ya tiempo, aplicando lo que ellos llaman la ‘teoría de juegos’. Recientemente, también los neurólogos han confirmado que existe una explicación teórica de por qué elegimos lo que elegimos entre distintas alternativas, pero su teoría no coincide con la de los economistas. Es decir, los neurocientíficos han demostrado que la teoría de los economistas no tiene validez. A raíz de este pequeño contratiempo, unos y otros decidieron, cuerdamente, formar un equipo multidisciplinar y, por fin, empezamos a saber por qué tomamos las decisiones.


Yo diría que el descubrimiento más sorprendente ha sido detectar la importancia de los sentimientos innatos o del andamio emocional a la hora de decidir. Consideraciones sociales y no sólo individuales conectan directamente con el mecanismo cerebral del premio y la recompensa.


En la práctica, los que toman decisiones lo hacen de forma menos interesada y egoísta de lo que sugerían los economistas. El móvil individual y estratégico cuenta menos de lo que se sospechaba. ¿Será posible que la influencia de la moral innata o el espíritu de cooperación determinen gran parte de nuestras decisiones? Hay que verlo para creerlo. Y para verlo, los primeros experimentos se efectuaron con el llamado ‘juego del ultimátum’, un ejercicio muy sencillo entre dos personas. A una de ellas se le dan mil euros y se le exige que done una parte del dinero, la que sea, a su compañero de juego, pero con la advertencia de que si el otro jugador la rechaza por considerar injusto el reparto, los dos se quedarán sin dinero. Para los economistas –antes de dialogar con los neurólogos–, estaba claro que la búsqueda del propio interés induciría a aceptar cualquier oferta superior a cero. Unos pocos euros son mejor que nada. Los repetidos experimentos efectuados por los neurólogos, en cambio, han demostrado que cuando la oferta al compañero de juego es inferior al 20 por ciento, éste rompe la baraja y prefiere que nadie se quede con nada. El sentimiento de injusticia prevalece sobre el interés de quedarse con 200 euros.


De ahí a sugerir que existe un programa moral innato no hay más que un paso que muchos científicos están ya dando. «No somos tan bestias como parecemos», dicen esos científicos. Las emociones, y no sólo la razón, desempeñan un papel primordial en las decisiones morales.


Por favor, que el lector se cuestione lo siguiente y en función de la respuesta le diré lo que le pasa. Imaginemos que entra en la estación un convoy a toda velocidad con riesgo de arrollar a cinco trabajadores en la vía. La única manera de evitarlo sería empujando a la muerte a un inocente para parar el tren. Moriría un inocente, pero se salvarían cinco vidas. Pues bien, salvo en el caso de viajeros con una lesión cerebral determinada, nadie o casi nadie opta por esa solución.



Mis comentarios


Se trata de un artículo realmente malo. En los aspectos económicos es osado desde una profunda ignorancia. En los aspectos neurológicos de la decisión es simplemente vacuo.

Lo que estoy preguntando a los economistas y neurólogos es si existe una teoría de la toma de decisiones cotidianas que dé cuenta adecuadamente de nuestra conducta. Los economistas dijeron que sí hace ya tiempo, aplicando lo que ellos llaman la ‘teoría de juegos’.


La teoría de juegos es un conjunto de instrumentos que permiten analizar las decisiones estratégicas. Es decir, decisiones cuyo resultado no sólo depende de tus acciones sino de las actuaciones de otros individuos. Por tanto, no es una teoría general de la decisión. De hecho, intenta explicar decisiones complicadas usando supuestos simplificadores sobre el proceso de toma de decisiones. Por ejemplo, las cantidades más grandes de algo bueno son preferidas a las cantidades más pequeñas.

Recientemente, también los neurólogos han confirmado que existe una explicación teórica de por qué elegimos lo que elegimos entre distintas alternativas, pero su teoría no coincide con la de los economistas. Es decir, los neurocientíficos han demostrado que la teoría de los economistas no tiene validez. A raíz de este pequeño contratiempo, unos y otros decidieron, cuerdamente, formar un equipo multidisciplinar y, por fin, empezamos a saber por qué tomamos las decisiones.

Efectivamente, existen discrepancias entre los supuestos simplificadores usados en modelos económicos y algunos experimentos científicos sobre el comportamiento. Esta discrepancia ha abierto una prometedora línea de investigación.

A una de ellas se le dan mil euros y se le exige que done una parte del dinero, la que sea, a su compañero de juego, pero con la advertencia de que si el otro jugador la rechaza por considerar injusto el reparto, los dos se quedarán sin dinero. Para los economistas –antes de dialogar con los neurólogos–, estaba claro que la búsqueda del propio interés induciría a aceptar cualquier oferta superior a cero. Unos pocos euros son mejor que nada. Los repetidos experimentos efectuados por los neurólogos, en cambio, han demostrado que cuando la oferta al compañero de juego es inferior al 20 por ciento, éste rompe la baraja y prefiere que nadie se quede con nada. El sentimiento de injusticia prevalece sobre el interés de quedarse con 200 euros.

Espero que los neurólogos hayan llegado un poco más lejos de lo que afirma Punset en este párrafo. Este problema se explica en cualquier libro que contenga los rudimentos de la teoría de juegos. Se trata de la diferencia entre juegos que se juegan una sola vez y juegos que se juegan miles de veces a lo largo de la vida. Si la situación se repite, perder 200 euros en una jugada implica hacerle perder 800 al adversario. Por tanto, las próximas veces tendrá más cuidado al hacerte la oferta. Es decir, pierdes 200 para intentar ganar más en las sucesivas interacciones. Las personas que participan en este experimento están acostumbradas (quizás hasta seleccionadas evolutivamente) para actuar en situaciones que se repiten. Por tanto, responden como si la situación fuese a repetirse. En término prácticas, la repetición es el caso interesante excepto para los neurólogos y, por lo visto, para los divulgadores científicos.
Es curioso que ponga como ejemplo de discrepancias entre economía y neurología un caso perfectamente resuelto en los libros más básicos de teoría de juegos. Esas discrepancias existen pero no están descritas en este artículo.
Un detalle curioso es el interés de los críticos por poner ejemplos de juegos de suma cero. Es decir, casos en que los que gana uno es igual a lo que pierde otro. Afortunadamente, en muchas interacciones humanas ambos ganan con el intercambio.

Imaginemos que entra en la estación un convoy a toda velocidad con riesgo de arrollar a cinco trabajadores en la vía. La única manera de evitarlo sería empujando a la muerte a un inocente para parar el tren. Moriría un inocente, pero se salvarían cinco vidas. Pues bien, salvo en el caso de viajeros con una lesión cerebral determinada, nadie o casi nadie opta por esa solución.

Si esto es una crítica a la economía, yo creo que Punset está pensando erróneamente en el muy razonable supuesto de que cinco manzanas son preferidas a una. Ese supuesto no tiene implicaciones sobre la tasa de intercambio entre una cesta con cinco frutas diferentes y otra cesta con una pera. Afortunadamente, cada vida es diferente y cinco vidas no son cinco veces una vida. La teoría económica no dice que los consumidores elijan siempre la cesta con cinco frutas cuando se les dé a elegir entre ambas. La respuesta depende de las preferencias, de los precios y de la renta.


Lo único que acepto es que es el tema del intercambio de vidas es una cuestión filosófica de gran envergadura. Yo creo que es un fraude intelectual poner sobre la mesa tan macabro ejemplo para criticar el modo en que la teoría económica explica la decisión entre comer cinco frutas diferentes o una pera.

martes, noviembre 13, 2007

Economía Marxista

A continuación muestro algunos retazos de una brillante charla en la que Hugo Chávez explica sus innovadoras ideas económicas.




Se trata claramente de ideas de inspiración marxista. De hecho, a mí me parece que es el tipo de propuestas en las que pensaba Groucho Marx cuando afirmó:

Desde la absoluta pobreza, hemos conseguido alcanzar las más altas cotas de la miseria

Pensad por un momento en vuestra visión del futuro con un dinero que se deshace en vuestras manos. En vuestros incentivos a trabajar y a innovar cuando el dinero sólo sirve en vuestro pueblo y no en el de al lado. En vuestras posibilidades de acceder a maquinaria y tecnología con ese dinero. En los costes administrativos del sistema que propone.

La propuesta parece ignorar el origen y la evolución de los medios de pago. Parece la idea de alguien que se cree más listo que la suma de la práctica y la innovación de millones de congéneres a lo largo de muchas generaciones.

¿Qué pasará cuando esta propuesta y otras empiecen a dar problemas? Se le echa la culpa al neoliberalismo salvaje y al patrón mundial del comercio.

¿Por qué otros economistas se callan ante estas barbaridades? Tengo un amigo que siempre dice que estas salidas de pata de banco son poco importantes y se deben ignorar. Yo no estoy tan seguro.

La propuesta tiene aires nostálgicos para mí. No lo recuerdo con cariño pero yo tuve dos profesores en la carrera que explicaban, en mayor o menor medida, propuestas como éstas. Algunos comentarios de mis alumnos me llevan a pensar que material parecido se sigue explicando en las aulas universitarias.

lunes, noviembre 12, 2007

La diplomacia de la ¿NOVENA? potencia económica mundial

La versión oficial sobre el encontronazo con Chavez es que el Rey estuvo fantástico (pepé y pesoe) y Zapatero brillante (pesoe) o pasable (pepé). La tecnología actual nos permite ver las veces que sean necesarias el momento clave con la muy oportuna traducción de la BBC.



En el video se ven las dificultades de expresión de Zapatero tratando de pronunciar repetidamente una palabra que el locutor de la BBC traduce como: “I demand, I demand, …” . A continuación, el Rey fuera de sí grita “Shut-up”. Sólo personas muy acostumbradas a pagar impuestos y a recibir poco a cambio pueden jalear la lamentable actuación de nuestros dos mandatarios.

En mi modesta opinión, esta no puede ser la imagen de la política exterior de una potencia económica. ¿Alguien se imagina a Tony Blair balbuceando en Chile mientras la Reina Isabel II le manda callar a gritos a un jefe de estado extranjero?

La política exterior es una de las piezas del desarrollo económico. Los ciudadanos españoles necesitamos una presencia global para explotar todo nuestro potencial económico y esa presencia no es posible sin el apoyo decidido y eficaz del gobierno.

Ante este estado de cosas, contemplo dos posibilidades:
1. Cambiamos la política y la adaptamos a nuestras pretensiones de crecimiento económico
2. Bajamos las pretensiones de crecimiento económico al nivel de nuestra política exterior.

Como yo no creo que sea posible cambiar de política supongo que el equilibrio llegará por una crisis económica profunda y duradera que ponga a nuestro país en el lugar que le corresponde.
Una anecdota ilustra nuestra débil posición. Hace unos meses en uno de estos aquelarres latinoamericanos observé asombrado una escena tan impresionante como la de este sábado: un dirigente reñía a Zapatero por el maltrato que recibían los inmigrantes de su país en el nuestro mientras Zapatero asentía agachando la cabeza. Desde mi punto de vista, hubiera sido el momento de pedir la palabra y decir:
En mi país, en teoría al menos, todos los trabajos son igualmente dignos y todas las personas que se encuentren allí tienen los mismos derechos y obligaciones. Llevar esto a la práctica es más complicado que escribirlo en un código. Por tanto, algunos de sus compatriotas reciben un trato inadecuado por parte de los más indeseables de los míos. Lo cual siento profundamente. Una vez dicho esto, sus compatriotas están en mi país por decisión propia. Por tanto, de algún modo, el maltrato conjunto (económico y moral) que reciben en su país de origen es mayor que el que reciben en mi país. Yo creo que éste es un buen tema de reflexión para usted.
La anécdota ilustra perfectamente la falta de objetivos claros y la falta de preparación de nuestros dirigentes. Por tanto, necesitamos una política exterior con objetivos claros y factibles, basada en planteamientos rigurosos y conocimientos técnicos sobre la materia. No en trasnochadas afinidades ideológicas y en ocurrencias.

lunes, octubre 29, 2007

Economía con Luis Garicano


Nació en Valladolid hace 40 años. Es profesor de la Universidad de Chicago e impulsor de un nuevo departamento en la London School of Economics. Según Financial Times es uno de los economistas jóvenes más prestigiosos. Asegura que España va a sufrir una crisis a corto plazo.

XLSemanal. ¿Cuál es su visión de lo que está sucediendo en la economía a escala mundial?

Luis Garicano. Extremadamente negativa. Y estoy preocupado por lo que pueda pasar en España. En ningún país, salvo en éste, la mayoría de las hipotecas son de interés variable. Las familias están muy endeudadas y el país es muy vulnerable. Estos ingredientes forman un cóctel megaexplosivo.

XL. ¿Qué falta para detonarlo?

L.G. Me sorprende que aguantemos tanto. El mercado americano, donde se concedían hipotecas a gente sin garantías, hizo crac en julio. Inglaterra está igual. Y España está aguantando, pero cuando la gente vaya a refinanciar su hipoteca se va a encontrar con que les ha subido de precio.

XL. Si la gente no paga sus hipotecas, se la desahucia. Eso es una cadena terrible. ¿Dónde puede acabar?

L.G. La cuestión es saber cuándo se va a transmitir esto al conjunto de la economía. Es cuestión de meses. Puede bajar el empleo en construcción y luego la gente, al percibir que tiene menor riqueza, restringe el consumo. Y los bancos puede que disminuyan los créditos a otros sectores. Eso puede pasar a corto plazo.

XL. ¿Crisis o colapso?

L.G. Vamos a vivir una crisis. Y a medio plazo, una recesión.

XL. ¿Hasta qué punto las elecciones de 2008 están ocultando la realidad económica?

L.G. El Gobierno se va a poner a gastar a lo loco para camuflar la crisis: ayudas a los niños para ir al dentista, para viviendas… y todo eso puede ayudar a la economía. Eso es inyectar dinero, aunque sea por motivos electoralistas.

XL. ¿No cree que cuando se habla de crisis al final todos caemos presa del pánico y se detiene la economía?

L.G. Si todo el mundo piensa en eso, sí. Es lo que ha pasado en Gran Bretaña con el banco Northern Rock. Todos empezaron a retirar depósitos y cuando el banco fue a pedir crédito a otras entidades, nadie le quería prestar porque eso aumentaba su riesgo.

XL. ¿No le sorprende que haya tanto joven mileurista que se entrampa con créditos a 40 años? ¿Cómo los pagan?

L.G. No los pueden pagar. Todos tienen la percepción de que los precios de las casas van para arriba. Por eso se entrampan ahora y piensan que van a vender más caro después, porque ésos son sus ahorros.

XL. Es como ir al casino y jugárselo todo a una ficha.

L.G. Sí. Nadie está diversificando. Si yo pidiera un crédito de 150.000 euros a un banco para invertirlo en una compañía de Internet, la gente me diría: «¡Estás loco! Mejor invierte en varios sitios. Diversifica». Pero en España a todo el mundo le parece normal meter sus ahorros en una casa.

XL. ¿Se debe a que el español es miedoso?

L.G. Sí. Pero el colmo es que cree que apostar en los ladrillos es seguro, cuando es arriesgado.

XL. ¿Si fuera ministro de Economía, qué haría? ¿Sálvese quien pueda?

L.G. Tres cosas. Primero, crear un fondo de garantía de depósitos a escala europea. Segundo, preparar un presupuesto de emergencia anticíclico para reducir el impacto si las cosas se ponen feas. Y tercero, invertir más en la economía del conocimiento. Nuestra productividad es muy baja y seguimos haciendo las cosas como en los años sesenta, con más ladrillo. A largo plazo debería ser diferente: grandes centros de investigación y gastarse dinero en innovar.

XL. ¿Es un buen momento para salir a Bolsa?

L.G. No. El mercado de capitales no está interesado ahora en eso.

XL. A los recién casados, ¿les diría que compren una casa?

L.G. Ni hablar. Que alquilen.

XL. ¿Y qué recomendaría a una persona mayor?

L.G. Que venda su casa, se mude a una menor y viva de las rentas.

XL. ¿Qué empresa española es un modelo para usted?

L.G. Zara. Es el futuro. Es de las pocas que, ahora mismo, hace cosas diferentes.
C. Salas
XLSemanal@2005

miércoles, octubre 24, 2007

Premios Nobel víctimas de la televisión basura: Ochoa y Watson.

¿Es posible cruzarse por la calle con un varón con una estatura de 2,50 metros? Si la población se distribuye normal con una media de 1,75 y una desviación de 0,10 es posible pero muy poco probable. De hecho, sólo un 5% de la población estaría por encima de 1,95 o por debajo de 1,55.

Luís Figo está casado con una modelo sueca de gran belleza, discreción e inteligencia. ¿Es posible que esté interesado en una mujer poco agraciada que muestra sus limitaciones intelectuales a grandes gritos en la tele? De nuevo, es posible, pero muy poco probable. Hace años un juez sentenció no sólo que era poco probable sino que más allá de una duda razonable era falso. Por ese motivo, el juez condenó a los autores del bulo a publicar la sentencia en las páginas centrales de varios diarios de tirada nacional y a pagar una indemnización mareante a una ONG que Don Luís había señalado al comenzar las acciones judiciales.
Hace unos años mi madre me conminó a entrar en el salón de su casa a ver un programa de la tele. El cebo era bueno: “Hijo, están hablando de Severo Ochoa”. Piqué como un barbo y lo que allí se trataba merece una entrada de blog.
Allí estaba Sara Montiel mostrando en la tele los estragos físicos del paso del tiempo y las consecuencias a largo plazo de usar poco el cerebro. Algunos científicos de la actividad cerebral han generado teorías sobre la plasticidad del cerebro. Al parecer, si hay actividad intelectual el cerebro crea nuevas conexiones neuronales aunque alguna se haya estropeado por edad o enfermedad. Sin embargo, si no hay actividad intelectual el cerebro no tiene necesidad de crear los circuitos alternativos y el daño es permanente. En definitiva, la artista afirmaba, sin prueba alguna, que el Dr. Ochoa había tenido una relación adúltera con ella.

El uso del cálculo de probabilidades no despeja muchas dudas sobre este hipotético suceso. Sara Montiel era en aquella época una mujer muy atractiva. Él era un individuo relativamente joven, en buena forma física, rendido admirador de la belleza en sus diversas formas (biología, pintura, música, mercedes 500 corto descapotable blanco hasta los 90 años) que llevaba más de veinte años encerrado en laboratorios de medio mundo. Un día se presenta solo en una fiesta y se sienta junto a una mujer cuyo equivalente actual sería Scarlett Johanson. Es decir, no era una pálida modelo de pasarela a la que convidarías a una ración de morcilla por lástima. A partir de estos datos, cada uno puede calcular mentalmente las probabilidades del suceso.
El verdadero problema es la irrelevancia de que este suceso sea cierto o falso. Severo Ochoa no pasará a la historia por esa hipotética anécdota sino por una fantástica combinación de inteligencia, suerte, capacidad de trabajo y testarudez. Mi interés por este escándalo se debe a que es un signo de un preocupante problema de nuestra sociedad. A casi todos, un día de nuestra vida un médico nos dirá que nosotros mismos o alguien muy querido tiene una grave enfermedad de mal pronóstico pero que, afortunadamente, todavía queda un resquicio de esperanza. Esa esperanza depende en mayor medida de los más de sesenta años que pasó Don Severo encerrado en diversos laboratorios que de la presunta juerga neoyorquina. Sin embargo, estamos más dispuestos a pagar por ver a alguien bajándose los pantalones en la tele que a pagar a un coetáneo para que se pase su vida en el laboratorio.

Por fin, llego a mi muy admirado Jim Watson. Aparentemente, el Dr. Watson ha hecho unas confusas declaraciones de las que se podría deducir que cree tener evidencias de que los negros son menos inteligentes que los blancos. Por supuesto, que Watson no cree semejante estupidez y su mensaje es mucho más profundo e inquietante: la genética es la responsable de determinados fenómenos (por ejemplo, la esquizofrenia del propio hijo de Watson) y negar la evidencia científica no ayudará a solucionarlos. Pero raudos como el viento aparecen los nuevos sacerdotes de lo políticamente correcto buscando infieles que quemar. Además, por alguna razón que no entiendo, siempre terminan quemando a la persona equivocada por no poder entender la complejidad de su herejía.
Las teorías evolutivas están teniendo un impacto impresionante en, por supuesto, la biología moderna pero, sorprendentemente, también en la economía. La ciencia se ha visto obligada a explicar porqué individuos aparentemente idénticos tiene reacciones diferentes a los mismos estímulos. Por ejemplo, ¿Cómo se puede explicar que los estadounidenses de origen africano tengan tasas de fallo cardiaco y renal muy superiores a todas las demás razas?
La teoría desarrollada por Roland Fryer, economista de la Universidad de Harvard es realmente sorprendente. Aparentemente, una gran cantidad de esclavos morían deshidratados en las terribles travesías trasatlánticas de los barcos negreros. Los supervivientes eran personas con una bioquímica de la sal muy particular que, al mismo tiempo, les permitía sobrevivir con escasez de agua y tener tendencia a sufrir hipertensión.
Los negreros pronto descubrieron el truco y ya sólo compraban esclavos en origen con esta característica para optimizar la supervivencia en el viaje. De hecho, Fryer se inspiró en un grabado que representaba a un tratante de esclavos lamiendo a un esclavo potencial para ver si estaba saladito. Como consecuencia de esta selección perversa, los descendientes de aquel grupo de personas tienen, por término medio, una grave tendencia a problemas coronarios.

Pongo la foto del Dr. Fryer para que se vea que es negro. De este modo, los apóstoles de lo políticamente correcto no correrán a quemarle en la plaza pública de la televisión basura y el periodismo amarillo. Lo interesante de esta discusión es que sólo se le permite hacer este tipo de análisis a personas de raza negra. De otro modo, su medio de vida en primer lugar y su propia vida en segundo correrían grave peligro. Sin embargo, el análisis del Dr. Fryer puede ser más útil para las personas con este problema que todas las quemas de infieles de la nueva religión de la corrección política.

Finalizo con algunos ejemplos científicos de desigualdades entre seres humanos.

1. Los descendientes de europeos que sobrevivieron a las plagas urbanas de la edad media tienen una mayor resistencia a determinadas enfermedades.

2. La quimioterapia es tóxica y dolorosa para todo el mundo. Dependiendo de una mínima diferencia genética a algunas personas las cura en un tiempo reducido mientras a otras sólo les produce malestar.
Espero que se me entienda. Buscar diferencias para tratar mal a un grupo de personas es inmoral. Buscar diferencias para tratar de entender las cosas y mejorar el bienestar de un grupo de personas es un loable objetivo científico.

Mecanismos institucionales para resolver problemas sociales (A propósito de los Nobel de Economía de 2007)

CÁNDIDO PAÑEDA

Leonid Hurwicz recibe el Nobel a una avanzada edad (90 años) y lo hace con dos más jóvenes leones: Eric S. Maskin (57 años) y Roger B. Myerson (56 años). El Nobel de Economía de este año es, pues, el punto de encuentro de diferentes generaciones y de dos orígenes (el ruso Leonid y los estadounidenses Eric y Roger) y tres destinos (Minnesota, Princeton y Chicago, respectivamente). Todos ellos a la búsqueda y captura de mecanismos institucionales para la resolución de problemas sociales.


Algunos problemas sociales

En los últimos años ha habido una tendencia a la privatización de diversas actividades en diferentes países del mundo. Estos procesos pueden realizarse de diversas formas: por ejemplo, que el gobiernete se las pase a los amigotes o que se subasten. Supongamos que el país del que hablamos es un país civilizado que emplea el segundo método. En ese caso cabe la posibilidad de que el Gobierno se plantee la siguiente pregunta: ¿qué tipo de subasta debe emplear si pretende obtener el mayor precio posible por la venta de dichas empresas públicas? Es una pregunta muy relevante y de gran interés, pues hay mucho que ganar o perder en la jugada.

Otra pregunta relevante es, por ejemplo, la que se podía estar haciendo Salomón cuando se enfrentó al problema del niño que reclamaban dos madres. Sin duda, se preguntó ¿cómo me las arreglo para resolver este problema de forma justa? De nuevo, hay mucho que ganar o perder en esta jugada.

Finalmente, un historiador puede preguntarse cuáles son las razones que laten tras el mayor crecimiento de la productividad de la agricultura en Inglaterra, comparada con Francia, en el período 1600-1800. Una posible respuesta es que el hecho de que la toma de decisiones sobre cosas tales como el drenaje o el cercamiento de los campos abiertos («bienes públicos» en la jerga económica) requiriera unanimidad en Francia y no en Inglaterra, puede haber influido decisivamente en tal diferencial de productividad. Esto es, la jugada puede que le haya salido bien a Inglaterra y menos bien a Francia por una sencilla cuestión de método, de procedimiento, de mecanismos.


Los mecanismos (las instituciones) importan
En general, el problema al que nos enfrentamos en los tres casos que se acaban de exponer es el mismo: queremos lograr un resultado eficiente (vender al mejor precio, dar el niño a la madre real y aumentar la productividad de un sector) partiendo de un mundo en el que los agentes tienen estrategias (jugadas, pues) y en el que se juega con la falta de información de los que toman las decisiones. El caso del juicio de Salomón que ya he utilizado en otro artículo previo («Roberto Serrano, el juicio de Salomón y la teoría de la implementación», LA NUEVA ESPAÑA, 21 de junio de 2004, p. 75) puede servirnos para ilustrar este punto. Salomón debe hacer justicia sin contar con parte de la información existente. Así, cada una de las dos supuestas madres sabe si es la madre real, pero Salomón no cuenta con dicha información, que es vital para resolver el caso. Y no cuenta con dicha información porque a la madre falsa no le interesa revelar lo que sabe, ya que se quedaría sin el niño. Salomón tiene, pues, que inventarse un mecanismo, un procedimiento, un método, que le permita hacerse con dicha información y, efectivamente, lo logra: a través de la propuesta de partir al niño logra que se revele quién es la madre verdadera. Efectivamente, ésta se rebela contra dicha solución y renuncia a su hijo, con lo que sin darse cuenta anuncia (revela) quién es la madre real y, al final, no renuncia sino que se queda con el niño.

Para terminar de contextualizar la contribución de Hurwicz, Maskin y Myerson conviene señalar que en el terreno en el que se está planteando el juego (interacción estratégica y falta de información) el mecanismo de mercado y, en general, muchos tipos de mecanismos alternativos no funcionan adecuadamente. Tal como se señala en el resumen científico compilado por el Comité del Premio de la Real Academia Sueca de Ciencias y publicado en la web de la Fundación Nobel, «en una amplia clase de modelos, la clásica eficiencia en términos de Pareto es incompatible con la participación voluntaria, incluso si no hay bienes públicos». Esto es, no basta con el mercado puro y duro (por ejemplo, no basta con emplear el mecanismo de las subastas) sino que se precisa un determinado tipo de mercado (por ejemplo, un determinado tipo de subasta, ya que los distintos tipos de subasta pueden llevarnos a resultados diferentes, con lo que no es lo mismo utilizar uno que otro). En síntesis, hay que matizar: el mecanismo utilizado importa, y como el mecanismo es, como veremos inmediatamente, una institución, el mensaje central de los premiados de este año es que las instituciones importan.


Mecanismos, revelación e implementación

La conclusión que se acaba de señalar la obtienen los tres premiados tras haber recorrido un largo camino, que se inicia con la contribución seminal de Hurwicz (dos trabajos publicados, uno en 1960 y otro en 1972). En primer lugar, Hurwicz define el concepto de «mecanismo»: «un sistema de comunicación» en el que los participantes intercambian mensajes que en su conjunto determinan el resultado. En un «mecanismo» hay, pues, una entrada de información (a veces verdadera, en muchas ocasiones falsa; recuérdese lo que dice la madre falsa) que se procesa a través de determinadas reglas (de ahí que el mecanismo sea una institución) que nos lleva a un resultado. Pues bien, Hurwicz nos dice que en un contexto de estrategias dominantes (hagas lo que hagas tú, yo haré esto) y bajo determinadas condiciones adicionales, en una economía estándar de intercambio no hay mecanismos que nos lleven al óptimo de Pareto, lo que traducido significa que la falta de información (está disponible en forma privada, en las cabezas de los agentes, pero que no se dispone de ella de otra manera) impide el logro de la eficiencia. Este resultado es negativo y es una de las aportaciones típicas de los economistas que, efectivamente, muchas veces son útiles al señalar lo que no es posible (de ahí que abunden en la ciencia económica los teoremas de la imposibilidad). Y lo que no puede ser, no puede ser y, además, es imposible porque hay un problema de compatibilidad con los incentivos. Es este un concepto clave y una de las contribuciones fundamentales de Hurwicz, quien señala que un mecanismo es compatible con los incentivos si la estrategia dominante de cada agente es la de revelar correctamente la información privada de la que dispone. Volviendo al juicio de Salomón, el mecanismo de preguntarle directamente a las dos madres si lo son realmente no es compatible con los incentivos, concretamente, dicho mecanismo no es compatible con el incentivo de la madre falsa, que sólo se beneficiará si no revela la verdad.

Llegados a este punto uno puede decir «apaga y vámonos» (si tiene razón Hurwicz y, en el contexto que él plantea, no hay mecanismos que lleven a la eficiencia paretiana, no hay nada que hacer y todo es posible) o darse cuenta de que a los economistas se les paga por encontrar soluciones que sean eficientes en algún sentido (por ejemplo, en el sentido de eficiencia respecto a los incentivos que es distinto del sentido paretiano del concepto de eficiencia). En ese camino Myerson aporta en los ochenta una versión general de una pieza esencial, el denominado «principio de revelación»: cualquier resultado de equilibrio de un mecanismo arbitrario se puede replicar en clave de un mecanismo directo compatible con los incentivos. En clave del juicio de Salomón, ello nos sugiere que podemos diseñar un mecanismo que, siendo compatible con los incentivos, revele la información necesaria para determinar quién es la madre verdadera. Así, Salomón se inventa un mecanismo (el truco de partir el niño) que es compatible con el incentivo que tiene la madre verdadera para salvar al niño y, en definitiva, para revelar la verdad. El otro avance fundamental en esta línea de investigación se debe a Maskin, quien aporta a fines de los setenta las claves para resolver otro de los rompecabezas de esta historia: el denominado «problema de la implementación».
Termino ya con un matiz y la conclusión general. El matiz es que en el desarrollo de la «teoría del diseño de mecanismos», que ha llevado al Nobel de Economía del año 2007 a los tres economistas mencionados, hay una clara presencia de economistas españoles, tal como muestra la bibliografía que acompaña al resumen científico de la Fundación Nobel que ha servido para redactar estas líneas. Así, aparecen los profesores Luis Corchón, Xavier Freixas, Andreu Mas Colell, Rafael Repullo (realmente culminó la demostración matemática del trabajo de Maskin de 1977, que no era correcta) y Roberto Serrano (hay todavía más españoles de altísimo nivel en esta labor). La conclusión general es que el trabajo de los premiados este año es importante porque, por una parte, resalta, con el máximo rigor matemático, la importancia de las instituciones (los mecanismos) y, por otra, sirve para enfrentarse a problemas reales muy relevantes y, en bastantes casos, para resolverlos.

Cándido Pañeda es catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Oviedo.

miércoles, octubre 17, 2007

El papel del gobierno en mi camino al trabajo

Vivo prácticamente enfrente a la Facultad, de hecho enfrente al Colegio de los Jesuitas. La vía de FEVE obliga a dar grandes rodeos para acceder al Campus en coche desde mi casa. Por otra parte, el crecimiento urbanístico de Navatejera dificulta enormemente la circulación en automóvil en este vecindario. Salir a la Calle Mariano Andrés puede llevar unos minutos, los dos semáforos de la ronda algunos más, el paso a nivel un rato, etc. Como consecuencia, muchos vecinos del barrio (padres y niños de los colegios, estudiantes de la Universidad y algún trabajador) optan por caminar.
Los vecinos han creado por consenso, sin intervención gubernamental, una ruta muy racional y segura. Sale de la Calle de La Cepeda cerca de los estudios de Canal 4, pasa por una acera delante del Café Teatinos, cruza veinte metros del césped del Parque de la Asunción, inmediatamente la vía de FEVE (no lejos de un apeadero en construcción) y se incorpora a la nueva carretera que va al Colegio de los Jesuitas. El punto de cruce de la vía de FEVE es una ligera curva que permite ver casi medio kilómetro en ambos sentidos. Por otra parte, el tren se desplaza a una velocidad muy moderada entre dos apeaderos. Es decir, es un cruce con un peligro perfectamente asumible por una persona adulta en mediana forma física (hay un pequeño despeñadero hacia el lado de la carretera).

Los cientos de personas que hacen a diario este camino han generado un pequeño sendero de veinte metros en el parque. Como dije anteriormente, la ruta está hecha para que el paseo sea conveniente y para evitar zonas llenas de hierba o de barro. Estos cientos de personas se evitan de este modo un viaje en automóvil de quince minutos en una zona terriblemente congestionada.

El papel del gobierno ha sido dar licencias de construcción sin pensar en la movilidad de los vecinos. Los vecinos han generado una solución ecológica, sostenible, etc. Sin embargo, estos días los obreros que trabajan en el nuevo apeadero de FEVE están colocando una valla a ambos lados de la vía. Los operarios afirman que la valla llegará prácticamente hasta el puente de la ronda de circunvalación. Si esto es así, y parece que lo va a ser, la opción de caminar será mucho más difícil. Por un lado, se alarga innecesariamente el paseo ya que los vecinos habían elegido una ruta muy buena. Peor todavía, se alarga el recorrido por el césped. En días lluviosos esto implicaría mojarse y llenarse de barro.
Me resulta difícil de comprender que se dificulte la opción de ir caminando al trabajo o a la escuela. Además esta dificultad parece que es un capricho. Algunas razones que FEVE o el ayuntamiento pueden esgrimir son las siguientes:
Seguridad.
Resulta que los vecinos ya habían pensando individualmente en su seguridad. De hecho, el sendero marcado pasa por un lugar de gran visibilidad. Cruzar la vía supone ahorrar varios minutos, varias veces al día. El tiempo de una persona es realmente el recurso más escaso que existe. Os puedo asegurar que no es renovable y, en algunos casos, es muy valioso. Por tanto, ahorras un recurso valioso incurriendo en un peligro prácticamente nulo. Resultado, caminas cruzando la vía.

Legalidad.
Es verdad que no existe un camino “oficial”, ni un paso a nivel. Sin embargo, si tuviesen que hacer uno deberían hacerlo por donde la gente ha mostrado su interés en cruzar. La norma sólo se entiende como medio para mejorar la seguridad y la seguridad es inmejorable sin causar grandes trastornos a los usuarios. En otras palabras, la seguridad absoluta no existe y es muy cara. Por eso, los individuos aceptan determinados grados de inseguridad en su vida.

En resumen, el ayuntamiento y una empresa pública no han logrado ayudarnos en nuestra movilidad y , sin embargo, sí son capaces de poner trabas a nuestras propias soluciones.

viernes, septiembre 28, 2007

Un relato económico actual de inspiración quijotesca

Todos habéis sido testigos de mi estilo de vida hasta hoy. Me desplazaba alternativamente en tres coches: un deportivo descapotable rojo, una berlina oscura y un todo terreno familiar blanco. Habitaba alternativamente tres casas de las que, en teoría, soy propietario: una en la ciudad, otra en la montaña y la última en la playa. La ropa la compraba en temporada en mis frecuentes viajes a las urbes más sofisticadas. Almorzaba y cenaba siempre en restaurantes de diseño donde encargo de la carta de platos y vinos. Me gustaba tomar copas en sitios tranquilos. Al final, compensaba este trajín haciendo ejercicio en un club de campo.
Las vacaciones de verano las pasaba en un lugar de playa tranquilo y exclusivo, las vacaciones de invierno en el cono sur. Aparte, me gustaba tener algunos periodos de vacaciones más cortas en otros sitios. He seguido a Fernando Alonso por el mundo con un grupo de amigos. Todos son, como yo, entendidos en finanzas y hemos descubierto que alquilar un avión de negocios entre unos cuantos sale, aproximadamente, al precio de un billete decente en línea regular. Además, nos permite ir y venir rápido sin tener que sufrir los tumultos de los aeropuertos.
Este estilo de vida depende de mi sabiduría financiera y de la inestimable ayuda de una banquera. Por ejemplo, las tres casas además de mejorar mi bienestar con su uso me han permitido beneficiarme de las ganancias de capital de los últimos años. Sin embargo, hace unos días tuve una deprimente conversación con ella. Al parecer, no puede concederme una hipoteca mayor sobre las casas. Este recurso a aumentar la hipoteca era una de las estrategias que usaba para pagar las cuotas y mis gastos corrientes. En ausencias de este aumento no tengo ingresos suficientes para pagar las cuotas mensuales.
En este estado anímico me encontraba cuando decidí presionar al ayuntamiento para que recalifique en términos ventajosos un pedregal de mi propiedad. La cosa no ha salido bien y he tenido que nombrar abogado. Este dice que tiene que verme un siquiatra porque esa será la línea de defensa y me ha preguntado: ¿De dónde sacas esas ideas?
Pues, se me ocurren esas ideas leyendo El Diario de León.


Viernes, 28 de Septiembre de 2007

Carrasco urge al alcalde el desbloqueo de La Granja ante el déficit de fondos
La Diputación precisa vender su suelo en el sector para cumplir con sus planes inversores

Consciente de la necesidad de ingresos inmediatos en las arcas provinciales y ante las críticas de la oposición por una nueva modificación de créditos -por importe de 2,4 millones de euros-, que no contempla planes comprometidos en el presupuesto 2007 para los pueblos de la provincia, la presidenta de la Diputación anunció ayer en el Pleno una entrevista con el alcalde de la ciudad para «desbloquear» el tema de La Granja.

Y es que en este nuevo sector (con 22 hectáreas) la institución provincial es dueña del 60% del suelo, por cuya venta aspira a ingresar más de 20 millones de euros. Incluso, en el presupuesto del 2007 ya se refleja la subasta de estas parcelas con un montante de 18,7 millones, consignados en el capítulo de ingresos a través de la enajenación de inversiones reales.

Hace un rato vino a casa un amigo de la familia al que apodan Paco Nervios. Ha recomendado encerrarme en el sótano de la casa de mis suegros. Por el ventanuco con barrotes veo a mi mujer y a mi suegra quemar los libros y revistas de mi biblioteca. El cura de la parroquia y un economista amigo los inspeccionan antes de que vayan a la hoguera. Lo que no saben es que un amigo me ha regalado un DVD pirata con pdfs de los libros más importantes y los tengo en los discos duros de todos mis ordenadores, en la memoria flash y hasta en la PDA.

Madeleine y la ineficiencia estatal por Jorge Valín

No hace falta que presente el caso de Madeleine McCann porque gracias a los medios de comunicación es bien conocido por todos. Los cinco meses de la desaparición de la pequeña Madeleine están demostrando día a día la ineptitud estatal. 150 días dan para mucho, pero incluso el trabajo y los recursos de policías de varios países –sólo en Portugal han participado 180 funcionarios– han sido incapaces de construir una sola teoría firme sobre la desaparición de la niña.
De las muchas tonterías que se han cometido en esta investigación, la gota que colma el vaso de la ineptitud gubernamental ha sido la de la supuesta fotografía de la niña. Como sabrán, este verano unos españoles de visita en Marruecos hicieron una fotografía donde se puede ver una niña parecida a la joven Madeleine McCann. A principios de esta semana la pareja de españoles entregaron la fotografía a la policía de Albacete y el subdelegado del Gobierno, José Herrero Arcas, informó de que en diez o quince días podría decir si la niña era o no Madeleine.
A partir de aquí se montó el típico show gubernamental de despliegue de medios. La policía española envió la fotografía nada más y nada menos que a la Interpol que, recordemos, se creó con el fin de mejorar la cooperación de la policía criminal a nivel mundial hace más de 80 años. Mientras tanto, la policía de Rabat también intentó involucrarse esperando los análisis y permisos de Portugal para investigar. Cientos de funcionarios trabajando en dos continentes, todos consumiendo toneladas de recursos; el mastodonte burocrático se había puesto en marcha y todo era cuestión de pocas semanas.
Pero no ha hecho falta esperar tanto tiempo para resolver la intriga, pues el miércoles lo supimos todo. Un fotógrafo privado del Evening Standard hizo lo que a cientos de policías ni se les pasó por la cabeza: comprar un sencillo billete de avión, ir a Marruecos y preguntar. No hubo suerte, la niña fotografiada no era Madeleine. La Interpol, la policía lusa, la marroquí, la española y su nexo de unión, la burocracia, quedaron en ridículo una vez más por el trabajo de un sólo hombre. Tal vez ahora entienda por qué los gobiernos en conflicto recurren cada vez más a grandes empresas privadas de mercenarios: es la única forma de escapar a su propia burocracia, ineficiencia y altos costes.
Relacionemos esto con las últimas declaraciones de Elena Salgado. Relegada a la cuarta fila del Gobierno, la ahora ministra de Administraciones Públicas tuvo una excepcional oportunidad de montar su propio espectáculo mediático abogando por una mayor intromisión del Estado en la vida de las personas. Para ella, la calidad sólo puede ser resultado de la intervención estatal. Pero si el mastodonte es incapaz de asegurar ni siquiera sus servicios más básicos, como decirle a una familia dónde está su hija o qué ha pasado con ella, ¿cómo podemos esperar que el Gobierno se dedique a hacer puentes, casas, empresas correctamente? Y ya no digamos nada de asegurarnos algo tan complicado como nuestro bienestar presente y futuro...
La ministra Salgado olvida el tipo de calidad que crea la Administración: largas colas en la seguridad social, desidia en las empresas estatales como Correos, corrupción urbanística impulsada por la hegemonía política, dificultades para montar una empresa, obras como las del Carmel donde los pisos se desploman y nadie se responsabiliza o pensiones obligatorias que nunca vamos a cobrar.Salgado, en una clara crítica a la libertad individual y a los derechos inalienables del hombre (libertad, vida y propiedad), dijo que el Estado no es un "mal necesario", sino un bien. Señora Salgado, deje sus visiones jurásicas e intereses personales a un lado para prestar atención a la realidad. Si lo hiciera, se daría cuenta de que cualquier Gobierno es un mal innecesario, un ente donde la eficiencia y la calidad siempre brillan por su ausencia, tanto en los servicios básicos del Estado (seguridad y justicia) como en el más amplio esquema del Estado del Bienestar.
Jorge Valín es miembro del Instituto Juan de Mariana

miércoles, septiembre 26, 2007

Rectificación de un desafortunado error en una entrada anterior

Esta mañana he recibido por correo las actas del Congreso de Economía de Castilla y León. El sobre indicaba que venía de la Consejería de Economía de la Junta de Castilla y León e incluía una tarjeta con un cordial saludo de D. Tomás Villanueva.
Las actas del congreso afectan a una entrada anterior del blog. En esa entrada, mencionaba las sorprendentes posiciones antagónicas sobre el papel del I+D que mantuvieron en el congreso Xavier Sala i Martín y el Consejero de Economía. De hecho, yo señalaba mi estupor por el hecho de que las intervenciones fueron consecutivas. Para mi sorpresa, mi memoria o mi capacidad de atención me han jugado dos malas pasadas. La primera es que en la página 374 de las actas, al igual que Xavier, el Consejero se muestra crítico con los resultados de la agenda de Lisboa. Sinceramente, no lo recordaba. La segunda y más importante es que en la página 376, el Consejero reconoce explícitamente que vamos a recibir más fondos de I+D pero que, por si solos, no van a garantizar el progreso. De nuevo, el Consejero coincide exactamente con Xavier. Es decir, el consejero no mencionó en su discurso una relación simplista entre gasto en I+D e innovación como yo afirmé en este blog. Por lo tanto, sin dilación pido disculpas por mi error. El error me duele especialmente porque el comentario era innecesario y, a la vista de las actas, no hace justicia a la posición del Consejero en este tema.
Soy una persona acostumbrada a preguntar y, a veces, contestar sobre la causa de las cosas que ocurren. A continuación, trataré de elaborar una hipótesis sobre el origen del error.
La tarde de autos Xavier Sala i Martín impartió una brillante conferencia en la que analizó las debilidades básicas de la economía española (por ejemplo, flexibilidad, eficiencia y educación). Al parecer, algunas de esas debilidades están relacionadas con intervenciones y regulaciones explícitas de las diferentes administraciones públicas. La receta de Xavier para estos problemas es menos intervención y más competencia. No debo ocultar que muchas veces me pregunto por qué no se aplican estas sencillas recetas.
Ante esta crítica frontal a la actividad de la administración, el Consejero presentó unas líneas básicas de política industrial más convencionales. Algunos ejemplos son:
Página 378. “El objetivo es promover el impulso de sectores productivos concretos, adoptando estrategias de especialización que permitan conseguir la diferenciación de la oferta regional para competir en el nuevo entorno”.
“Por otro lado, la apuesta por sectores basadas en la economía del conocimiento es la estrategia de diferenciación que está permitiendo importantes avances cuando se implanta de modo correcto y por lo que está apostando la Unión Europea”.
En la página 379 proporciona un listado de las funciones de una agencia denominada ADE (ayudas a la inversión, ayudas a la exportación, prestación de servicios y ayudas a la búsqueda de ayudas europeas).
Es decir, aquella tarde asistí al contraste entre las propuestas liberalizadoras de Xavier y las propuestas de políticas activas del Consejero. Lo que yo hubiera esperado en ese momento era una crítica a las propuestas de Xavier. Algunas propuestas pueden ser erróneas y otras inaplicables desde un punto de vista político pero merecen ser discutidas y evaluadas. Por tanto, las diferencias no debatidas entre las propuestas de ambos conferenciantes constituye el recuerdo más claro de aquella tarde. El paso del tiempo me jugó una mala pasada y me equivoqué al ampliar la divergencia de opiniones a la I+D.

viernes, septiembre 21, 2007

«El re-plan rebaja lo que la Junta ofrece para los alquileres»

Estas son las declaraciones al Diario de León del consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León. Yo creo que hubiese sido un buen momento para callarse por las siguientes razones:
1. Está reconociendo que ha aplicado y sigue aplicando una medida absurda, costosa e inefectiva.
2. Está reconociendo que un partido, sobre el papel, más partidario del mercado aplica en realidad políticas tripartitas.
3.Está reconociendo que desconoce la existencia de medidas más efectivas de política de vivienda o que no tiene el coraje político para aplicarlas.

Dos graves problemas de la economía española

La subvención a los alquileres muestra a las claras dos graves problemas de la economía española

Escasa productividad
La ministra de vivienda y su equipo han dedicado setenta días y setenta noches a diseñar un plan de gran polémica y nula efectividad. Si dividimos el valor del plan (0) entre las horas (1680) y cientos de personas empleadas tendremos un índice de productividad en un importante sector económico.
Trabajar setenta noches seguidas tiene graves consecuencias para la salud y la vida personal. España es reconocida como uno de los países donde la gente pasa más tiempo en el puesto de trabajo con el horario más alocado y con muy pocos resultados.
La escasa productividad se achaca, entre otras causas, a la mala organización del trabajo (setenta noches en vela tras casi cuatro años sin hacer nada), al funcionamiento errático del sector público y a …

Escaso capital humano
La ministra afirmó en su alocución que había consensuado el plan con los sindicatos, jóvenes (¿Me han traicionado mis alumnos?) asociaciones de constructores, hostelería y la conferencia episcopal. La lista era tan larga que renuncio a acordarme de los detalles. El punto clave es que en ese numeroso y abigarrado grupo humano no fue capaz de encontrar a alguien capacitado para hacer un somero análisis del plan. Por ejemplo, un diplomado en empresariales o alguien que hubiese cursado economía en el bachillerato.
Una alternativa es que realmente no haya escuchado a nadie. Es decir, el conocimiento está ahí pero no se usa. Este detalle me recuerda al gasto en I+D. Los centros de investigación se afanan en apuntar todos los gastos (personal de limpieza, guardias de seguridad) para aumentar este gasto. Sin embargo, este aumento estadístico no aumenta el número de invenciones y, más importante, no incentiva a nadie a usar las invenciones.

martes, septiembre 18, 2007

210 euros de ayuda para el alquiler. Lo que cualquier economista sabe y que, por razones que ignoro, se calla.

La teoría económica más básica indica que la medida subirá el precio del alquiler produciendo beneficios netos para los dueños de las viviendas y beneficios para los receptores del subsidio sólo si el alquiler sube menos que la subvención. Por otra parte, afectará negativamente a quienes sufran la subida del alquiler sin recibir la subvención y, por supuesto, al sufrido contribuyente.

Teoría económica
La renta de los arrendatarios jóvenes sube. La demanda de vivienda de alquiler se desplaza a la derecha. Es decir, más personas quieren alquilar a cada posible precio. La oferta no se desplaza ya que no ha cambiado ninguno de los factores que la determinan. A cada precio, se ofrecen las mismas viviendas en alquiler que antes de la medida. Por lo tanto, sube el precio del alquiler. El dueño de la vivienda se beneficia de la subida del alquiler, el inquilino de la diferencia entre la subvención y la subida del precio del alquiler. La distribución de la subvención entre dueños y jóvenes dependerá de las condiciones de oferta y demanda. Por tanto, el dinero de los contribuyentes se distribuye de forma desconocida entre los dueños de las casas y los jóvenes inquilinos.
Un detalle interesante es que el precio del alquiler sube también para lo que no reciben subvención. En este caso, la medida transfiere dinero directamente de los inquilinos sin subvención a los dueños de las viviendas.

Intuición
Caso 1

Un pueblo con 1000 casas en alquiler idénticas en las que viven 1000 jóvenes pagando 500 euros de renta. El contrato de arrendamiento y el alquiler se renuevan el día de nochevieja. El casero se entera de que el gobierno entregará 210 euros a cada joven a partir del 1 de enero. El malvado casero les anuncia que la renta a partir del 1 de enero es de 710 euros. ¿Por qué haría eso el malvado casero? Para ganar tanto como pueda con su propiedad. La renta subirá a 710 euros. Los jóvenes no tienen incentivos a dejar la casa ya que siguen pagando de su bolsillo lo mismo que antes: 500 euros. El resto se lo pagan sus vecinos. Por tanto, todos se quedan en sus casas tan pobres como antes y el casero se embolsa 210 euros.
Caso 2.
Aflojemos un poco. En el pueblo hay además 200 viviendas vacías. Sin embargo, las viviendas ya estaban vacías cuando se pagaban 500 euros. Por tanto, no se alquilarán a menos que el alquiler sea mayor de 500 euros. Por tanto, si existen viviendas vacías, puede que los jóvenes no tengan que pagar 710 euros pero desde luego tendrán que pagar más de 500. Un punto clave es que si en el pueblo se están pagando 710 euros de alquiler yo voy a tratar de alquilar mi vivienda vacia a ese precio.
Resultado: el casero siempre gana, la ganancia del joven subvencionado depende de si hay viviendas vacías y de cuanto dinero sea necesario para animar a los malvados dueños a ponerlas en alquiler.
Caso 3
La subvención anima a otros jóvenes a irse de alquiler. Estos nuevos demandantes podrían hacer subir todavía más el precio del alquiler. De nuevo, el dueño gana, el joven pierde.

Alternativa
Gastar una pequeña parte del dinero de las subvenciones en agilizar los procedimientos judiciales asociados al alquiler: morosidad y cobro de destrozos. En este caso, se desplaza la oferta, baja el precio y beneficia inequívocamente a todos los inquilinos.
Implicaciones políticas
Esta absurda medida es parte de la desesperada precampaña electoral del gobierno. Se trata simplemente de comprar un cierto número de votos que pueden decidir las elecciones sin preocuparse de los efectos microeconómicos y macroeconómicos de la medida. Sin embargo, la medida no es de su exclusivo patrimonio. La Junta de Castilla y León, donde gobierna el pepé desde tiempos inmemoriales, aplica ya diferentes versiones de esta medida. Por otra parte, el pepé tuvo ocho magníficos años en el gobierno en los que no adoptó medidas de política de oferta en el mercado de vivienda.

miércoles, septiembre 12, 2007

¡Por fin tengo un Mercedes!

Hace unos años leí en un periódico que la casa Mercedes ponía a la venta un automóvil que estaba sólo ligeramente por encima del límite superior de mis posibilidades económicas. En el concesionario más cercano comprobé que el coche de ese precio tenía tapacubos de plástico, aire acondicionado de chorro y un motor que, a duras penas, podía arrastrar la carrocería en llano. El que yo tenía en mente costaba el doble. Desde entonces, me da vergüenza acercarme al concesionario porque estoy seguro de que los vendedores se ríen al recordar mi cara cuando mencionaron el precio real del coche.
Mi renovado interés por conducir un Mercedes tiene que ver con el anuncio de que vivimos en un país de la Champions League económica. En un país con semejante economía los coches de lujo tienen que empezar a proliferar por las calles y yo no voy a ser menos.
Me acerqué a un desguace y conseguí la figura en forma de estrella que identifica el frontal de los Mercedes. A continuación, usando un pegamento fuerte pegué la figurita en el frontal de mi Seat Ibiza comprado en la primavera de 1997 y ya tengo un Mercedes.
Lo bueno de vivir en esta época tan "fantástica" es que nadie osa discutirme que tengo un Mercedes. Allí tiene su estrella y si alguien discrepa le pongo fresco por anticuado, por oponerse al progreso, etc.
No obstante, algunas personas intentan una táctica indirecta. Viene uno y me pregunta cómo se me ocurrió semejante idea. Le contesto que leyendo El Diario de León.
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Diario de León. 12 de Septiembre de 2007
INFRAESTRUCTURAS
El AVE que llegará a León en el año 2008 ya circula a modo de prueba
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Si el AVE puede llegar a León por la vía centenaria, atravesando pasos a niveles y cascos urbanos a la misma velocidad que hace décadas por qué no voy a tener yo un Mercedes sin cambiar de coche.
Lo malo de tener amigos inteligentes es que tienen salidas para todo. Me replica que por qué no le puse la estrella al SEAT 127 que llevaba a la Facultad a mediados de los 80. ¿Por qué tardar tanto para tener un Mercedes? ¡Lo que hubieses presumido con él cuando eras joven!
Eran otros tiempos. Yo creía, equivocadamente, que un Mercedes tenía que tener una determinada ingeniería y, por tanto, un coste. Sin embargo, en aquellos lejanos y oscuros tiempos no era el único que no veía con claridad las cosas. Por ejemplo, Felipe González pensaba que un tren de alta velocidad necesitaba vías específicas, cerradas sobre si mismas, sin pasos a nivel y circular a una velocidad cercana a los 300 kilómetros por hora. Felipe podría haber ahorrado mucho tiempo y dinero llevando el AVE a Sevilla siete años antes por la vía de toda la vida y tardando lo mismo que siempre. Al final, allí estaría la gente de Sevilla ovacionándole como estará la gente de León cuando llegue el AVE. Pero eran de verdad otros tiempos. Yo creo que la gente se hubiese burlado entonces de mi Mercedes y hubiesen recibido a Felipe a pedradas.
Afortunadamente, la forma moderna de pensar va calando en la sociedad. El dueño del bar lleno de humo y con olor a fritura con aceite de tranvía donde nos encontrábamos discutiendo este tema nos aseguró que va a conseguir una estrella Michelín para su bar del mismo modo que yo conduzco un Mercedes o el AVE va a llegar a León.
La parte más triste de estos nuevos tiempo es que la economía de la Champions comparte las características básicas del AVE de León y de mi automovil de lujo. Si miras a algunos detalles superficiales y, en gran medida, accesorios puedes vivir en la autocomplacencia pero si profundizas ligeramente descubrirás la triste realidad.

miércoles, septiembre 05, 2007

Algunas reflexiones sobre el alquiler como solución para “el problema de la vivienda”

1. Los medios de comunicación y los políticos insisten en que la proporción de vivienda en propiedad en España es mucho más alta que en otros países. Nunca he oído a nadie citar la fuente estadística. Tampoco he logrado encontrar ninguna información con comparaciones internacionales en mis búsquedas en internet. Cualquier ayuda en este sentido sería agradecida. El resto de las reflexiones giran alrededor de mis dificultades para comprender como la forma jurídica de un contrato puede afectar al precio de un objeto.

2. Si el dato del bajo porcentaje de alquileres fuese cierto, se me ocurre una hipótesis que la explica. En algunos países de nuestro entorno la práctica totalidad de los jóvenes (y no tan jóvenes) de 18 a 35 años viven fuera del hogar paterno. Supongo que la opción mayoritaria elegida para la emancipación es el alquiler. Por tanto, la tasa de alquiler en el país aumentaría con mejoras en el sistema educativo y en el mercado de trabajo que facilitasen la emancipación. Sin embargo, el emancipado (no hace mucho se decía el casado) casa quiere. Es decir, aumentaría la demanda de vivienda y, probablemente, su precio. Por tanto, tengo el primer caso en que hay un aumento simultáneo del porcentaje de alquiler y del precio de la vivienda.

3. Mi vecino tiene una casa idéntica a la mía. Yo le vendo mi casa al precio de mercado e inmediatamente firmo con él un contrato de alquiler a precio de mercado para quedarme a vivir en la que hasta ese momento era mi casa. El hace lo mismo con la suya. Los dos seguimos viviendo en la misma casa y tenemos la misma riqueza que antes pero estamos de alquiler. El precio de mercado no puede haberse alterado porque hemos puesto a la venta (alquiler) la misma cantidad de objetos que hemos comprado (alquilado). El resto de los habitantes del país pueden hacer operaciones parecidas que los conviertan en inquilinos de las casas que habitan sin que cambien las condiciones de oferta y demanda. Si la casa de tu vecino no es idéntica a la tuya puedes venderle tu casa a una empresa de gestión inmobiliaria de tu propiedad y pasar a vivir de alquiler.

4. ¿Habría algún caso en que la gente se dedicase a hacer operaciones mercantiles tan aparentemente ociosas? A mi se me ocurre uno: cuando existe un subsidio sustancial y generalizado a los alquileres. Este caso tan peculiar de ser dueño de una casa en la que no vives ya se ha dado en Australia. Pero con el subsidio aparecería un nuevo factor. Algún treintañero puede considerar que el subsidio le permite dejar de luchar por el mando a distancia con su padre, alguna pareja puede animarse a unirse o a traer un niño al mundo. Sin embargo, todos estos proyectos personales aumentan el precio de la vivienda junto al porcentaje de vivienda en alquiler.

5. Una última cuestión sobre el porcentaje de alquiler. Si más ciudadanos están de alquiler ¿Quién será el dueño de la vivienda en la que moran? Parece que, necesariamente, otros ciudadanos tendrán que tener varias viviendas. ¿Qué ventajas tiene esta concentración de la propiedad?

Riqueza Industrial

«La industria es la que crea riqueza, y sin ella no hay viviendas ni tampoco servicios»
Daniel Alonso Rodríguez presidente del grupo Daniel Alonso y medalla de plata de Asturias

Este es el titular de la sección de economía de La Nueva España que ha captado mi atención esta mañana. Yo creo que la industria “crea riqueza” pero también lo hacen los servicios. De hecho, los servicios suponen cada día que pasa un porcentaje mayor de la producción del mundo desarrollado y no parece que ese fenómeno haya reducido el bienestar de las personas.
Mis reflexiones son las siguientes:
1. La Nueva España necesita un editor que realmente entienda de economía. La entrevista podría haber tenido un título que no dejase en evidencia al entrevistado.
2. Esta idea está bastante extendida en Asturias. No hace mucho un sindicalista en la Plaza de la Escandalera de Oviedo arengaba a las masas enardecidas diciendo: “yo quiero ver Asturias llena de chimeneas, con mucho humo, con mucho humo”. No está mal para alguien que otros días se muestra preocupado por el posible origen humano del cambio climático.

martes, septiembre 04, 2007

¿Ignorancia o perversidad?

Hace un tiempo estuve cenando con dos amigos, uno de ellos militante socialista de base y el otro, aparentemente, simpatizante. Ambos son buenos economistas y han participado activamente en las actividades extra-escolares que preparo para mis alumnos. En un momento de la cena mencionaron en términos tremendamente elogiosos a Carme Chacón.

Esa recomendación explícita por parte de dos personas de mi total confianza redobla mi estupor ante el discurso de toma de posesión de la nueva ministra de vivienda:



"Quiero que el precio de la vivienda no trunque un sólo proyecto de vida personal, una sola pareja que desee unirse, un hijo que tenga que venir al mundo o un cambio de ciudad"

La clave de la supuesta ignorancia está en las palabras resaltadas. Mi sorpresa es tan grande que esta frase va a estar presente en el primer trabajo de Microeconomía de este año. Estas son las preguntas asociadas al exabrupto:

1. ¿Qué precio debería tener la vivienda para lograr el objetivo de la ministra?
2. Rescribe la frase de modo que constituya un objetivo factible de política económica.

La frase puede esconder una ignorancia económica de gran calibre que, en términos políticos, se traduce en promesas con un coste de oportunidad difícilmente asumible. Una alternativa menos inquietante es que la frase sea producto de la perversidad. De hecho, para un analfabeto económico la frase no sólo no causa estupor sino que se considera un objetivo loable que merece el apoyo mediante el voto. Por tanto, si los analfabetos son mayoría, la frase es una buena estrategia política.

Los socialistas no tienen el monopolio de la indigencia intelectual económica (alternativamente, perversidad política). Ante la ocurrencia de ofrecer 2500 euros a todos los recién nacidos sin ningún tipo de reflexión, el PP responde ofreciendo 3000. Por lo tanto, el PP ofrecerá que el precio de la vivienda no sólo no trunque ningún proyecto personal sino que fuerce alguna elección privada que se ajuste a su ideario más conservador.

jueves, mayo 03, 2007

Café a 80 céntimos en Verín (Orense)

El domingo pasado fuí a comer a Verín (Orense). Un pueblo bonito con su castillo y su Parador. Aparqué delante del Hotel Brasil y entré a tomar café. Pedimos tres cafés y cuando voy a pagar me piden 2,40 euros. Le digo que son tres cafés y me repite que son dos cuarenta. Mi comentario fue: "Parece ser que Zapatero tenía razón". La chica me comentó en aquella zona ese es el precio de un café.