Ronaldo y Argentina me permiten distinguir los problemas de macroeconomía a corto plazo (desempleo e inflación) de los de largo plazo (producción máxima con pleno empleo de los factores productivos).
La crisis de Argentina de años pasados se suele poner como ejemplo de la necesidad de políticas activas para reducir el desempleo. Estoy completamente de acuerdo con la afirmación de que en Argentina no faltaban activos productivos, materias primas o capital. No obstante, se trata de un problema que tiene soluciones fiscales, monetarias y de regulación bastante conocidas. Desde mi punto de vista, la verdadera tragedia de Argentina es que, hace cien años la gente del norte de España la consideraba el país de las oportunidades. Sin embargo, el paso de un siglo ha dado al traste con esta visión. Entender este fracaso supone una cuestión de mucha más envergadura y con mayores implicaciones para el bienestar.
Voy a explicar las diferencias entre estos dos problemas con un ejemplo actual. Estos días se ha hablado de que la obesidad de Ronaldo puede ser un problema para su actuación en el mundial. Con el tiempo necesario y los conocimientos médicos adecuados Ronaldo puede perder unos quilos y ser de nuevo un gran futbolista. Esta es una cuestión de corto plazo. Este tema se entiende bastante bien y es muy distinto de la cuestión sobre el origen del talento de Ronaldo. El origen y la gestión del talento de Ronaldo es una cuestión mucho más difícil y de la que se conoce bastante menos. Cualquier mortal puede recibir el mismo tratamiento, perderá algunos quilos pero jugará pésimamente al fútbol. Los aficionados y dirigentes futbolísticos están naturalmente más preocupados por conocer el origen y los métodos de gestión del talento futbolístico que sobre las arrobas que pesen los futbolistas.
En resumen, es necesario distinguir entre la producción potencial de un país (su talento productivo) de sus problemas de obesidad o anorexia. Los programas de trabajo públicos o la política monetaria pueden sacarte de una recesión y acercarte a tu potencial de producción pero no estoy seguro de que puedan afectar a tu potencial.
La crisis de Argentina de años pasados se suele poner como ejemplo de la necesidad de políticas activas para reducir el desempleo. Estoy completamente de acuerdo con la afirmación de que en Argentina no faltaban activos productivos, materias primas o capital. No obstante, se trata de un problema que tiene soluciones fiscales, monetarias y de regulación bastante conocidas. Desde mi punto de vista, la verdadera tragedia de Argentina es que, hace cien años la gente del norte de España la consideraba el país de las oportunidades. Sin embargo, el paso de un siglo ha dado al traste con esta visión. Entender este fracaso supone una cuestión de mucha más envergadura y con mayores implicaciones para el bienestar.
Voy a explicar las diferencias entre estos dos problemas con un ejemplo actual. Estos días se ha hablado de que la obesidad de Ronaldo puede ser un problema para su actuación en el mundial. Con el tiempo necesario y los conocimientos médicos adecuados Ronaldo puede perder unos quilos y ser de nuevo un gran futbolista. Esta es una cuestión de corto plazo. Este tema se entiende bastante bien y es muy distinto de la cuestión sobre el origen del talento de Ronaldo. El origen y la gestión del talento de Ronaldo es una cuestión mucho más difícil y de la que se conoce bastante menos. Cualquier mortal puede recibir el mismo tratamiento, perderá algunos quilos pero jugará pésimamente al fútbol. Los aficionados y dirigentes futbolísticos están naturalmente más preocupados por conocer el origen y los métodos de gestión del talento futbolístico que sobre las arrobas que pesen los futbolistas.
En resumen, es necesario distinguir entre la producción potencial de un país (su talento productivo) de sus problemas de obesidad o anorexia. Los programas de trabajo públicos o la política monetaria pueden sacarte de una recesión y acercarte a tu potencial de producción pero no estoy seguro de que puedan afectar a tu potencial.
1 comentario:
En la primera entrada de este blog se ponía en duda que el talento futbolístico fuese completamente "innato". Los datos mostraban que entre los futbolistas profesionales había una representación demasiado alta de personas nacidas en los primeros meses del año. Sin embargo, el talento innato debería estar distribuido uniformemente a lo largo del año. Por tanto, había que buscar otra explicación y Steven Levitt la encontró.
En algún momento las dotaciones naturales (innatas de los países pueden ser importantes (localización, clima, recursos naturales). Sin embargo, hay multitud de contraejemplos actuales sobre la relación directa entre dotaciones naturales y bienestar de la población. Algunos elementos sorprendentes o no tan sorprendentes que explican el “talento” (no precisamente innato) de los países son:
- Las instituciones que permiten las relaciones fluidas entre los individuos. Sobre todo aquellas que promueven la libertad.
- La estabilidad institucional, la seguridad jurídica.
Estos son temas complejos porque la riqueza también crea este tipo de entramados institucionales.
En la vieja Europa tenemos un problema adicional. Existen un montón de grupos que son capaces de entorpecer cualquier cambio imprescindible. Se parecen al autor de la carta al Diario de León de mi anterior artículo del blog: las cien familias que viven de los peajes protestas por su eliminación.
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